Es un hecho y tu viaje a Guatemala te lo confirmará: la proporción de católicos tiene tendencia a bajar, frente a la dura competencia de los evangelistas. También te quedarás con la boca abierta cuando veas que se siguen respetando las creencias más ancestrales y tradicionales.
Durante un viaje a Guatemala, si algo salta a la vista al visitar el país es el gran fervor religioso de los guatemaltecos. Si resulta que estás allí en Semana Santa, por ejemplo, podrás asistir a fastuosas ceremonias y procesiones. Sin embargo, la parte católica está en decadencia. Aunque un 95% de la población era católica a finales del siglo XIX, la proporción ha bajado hasta el 15%. A la Iglesia le ha costado hacer frente al aumento de los evangelistas, que hoy en día representan el 80% de la población. Según las estadísticas, hay más de 10.000 sectas en el territorio. Los pastores duplican en número a los curas. Los testigos de Jehová se benefician de fondos extranjeros para crear sus propios templos, sus propias cadenas de televisión, sus propias emisoras de radio y sus propias escuelas.
Cuando llegaron al país, los misioneros españoles no encontraron demasiada resistencia por parte de los indígenas. Estos accedieron fácilmente a convertirse al catolicismo, aunque mezclándolo con sus creencias ancestrales y sus ritos mayas. Los párrocos aceptaron sus condiciones y, hoy en día, las iglesias católicas a veces siguen siendo el escenario de las ceremonias tradicionales. Si puedes, durante tu viaje, intenta ir un jueves o un domingo a Chichicastenango. En la iglesia de Santo Tomás se llevan a cabo ritos mayas precolombinos. Sé discreto, no hagas fotos en el interior y abre bien los ojos. El párroco, denominado "chuchkajau", es el maestro de ceremonias. Para curar, conseguir buenas cosechas o ahuyentar la mala suerte, invoca a los poderes de la naturaleza con sus rezos, mientras agita un humeante incensario. Estas escenas son realmente fascinantes. No te las puedes perder.