La única cosa que tienes que recordar al ir a Pakbeng, es cubrirte. No hace mucho calor en la región, sobre todo si vas en la estación seca. Se puede llegar en barco, siguiendo el crucero por el Mekong entre Luang Prabang y la frontera tailandesa, o por autobús desde Oudomxay.
Es una ciudad etapa, ya que aparte de pasar la noche y tomar una buena comida, no hay nada más que hacer allí, así que haz amigos en el autobús o en el barco para pasar el tiempo en buena compañía. Se pueden hacer unas fotos muy bonitas del amanecer y la puesta de sol subiendo por la carretera a lo largo del Mekong, además hay unos cuantos negociantes locales... tratarán por todos los medios venderte las cosas más caras que en la "ciudad".
Recuerdo haber pasado una agradable tarde en Pakbeng con los demás viajeros del crucero en un restaurante local al final de la calle principal. El dueño hablaba fluidamente 4 idiomas, incluyendo inglés, francés y alemán, y se jactaba de haberlos aprendido él solito.
Lo mejor: la tranquilidad del entrono cuando llega la noche.
Lo peor: no hay nada que hacer, una simple parada basta.
Durante mi viaje por Laos en la parte norte del país, atravesé la magnífica y pequeña aldea de Pakbeng.
Solo una calle, no completamente asfaltada, atraviesa este pueblo con aires de fin del mundo. La población es mayoritariamente de la etnia Hmong y vive en típicas casas de bambú sostenidas por pilotes. El paisaje natural que la rodea es simplemente espléndido. Hay que imaginarse esta aldea aferrada a su montaña al borde del río Mekong para hacerse una idea de la belleza de estos lugares. Solo Laos puede ofrecer semejantes paisajes.
En el momento en que sea preciso decidirse a dejar este pequeño paraíso terrestre, te aconsejo prolongar la magia navegando por el Mekong. En aproximadamente 8 horas, es posible llegar a Houeisaï, en el norte, o a Luang Prabang, en el sur.
En la pequeña ciudad de Pakbeng, uno se siente realmente en el corazón de Laos. Logré ir al encuentro de muchas tribus que viven en las cercanías de la ciudad, como los Khamus o los Laos Theung.
Los laosianos son muy acogedores, sonrientes, y se acercan fácilmente a uno. Los niños del pueblo intentaron por otra parte vendernos objetos artesanales, como bolsas de tela o cucharas de madera. Algunos pueblos parecen bastante pobres y están compuestos de casas de extrema sencillez.
Para los aficionados a los paseos en elefante, el Mekong Elephant Camp te permite internarte en la selva de Laos y asistir a los baños de elefantes. En este campo, los animales parecen estar mejor tratados que en otros lugares.
Conocer el día a día de estos campesinos fue para mí una de las mejores experiencias de mi viaje por Laos.