Para descubrir la región norte de Laos, te recomiendo que te alojes varios días en Luang Prabang, porque la ciudad es perfecta para aquellos viajeros que busquen relajarse o los que quieran una base para visitar los alrededores.
Sencillamente, me he enamorado de esta región de Laos. Luang Prabang constituye una etapa del viaje muy agradable. La ciudad se encuentra flanqueada por las orillas del Mekong y en ella se respira una atmósfera especial que hace que te entren ganas de prolongar más días tu estancia. He aprovechado mi tiempo libre para visitar los templos y los numerosos monumentos religiosos que existen en la ciudad. Además, viajé a 30 km de allí para ver las magníficas cascadas en terraza de Kuang Si.
Por la noche, no puedes dejar de experimentar el ambiente que emana del mercado nocturno, con sus numerosos puestos de recuerdos, sus tiendas repletas de suculentas parrilladas, bocatas y deliciosos cócteles de fruta fresca.
¡Durante la celebración del Año Nuevo chino, te recomiendo que reserves alojamiento con mucha antelación!
Considero que Luang Prabang es el principal tesoro de Laos. Desde el principio, he notado el sorprendente contraste con respecto al resto del país. Luang Prabang está situado a orillas del Mekong, a 700 m de altitud, y por eso tiene un clima principalmente fresco. Debes tener esto en cuenta y llevar ropa de abrigo. ¡Y olvídate del repelente de mosquitos!
Es fácil callejear por el magnífico centro de la ciudad alternando visitas a los diferentes edificios con arquitectura colonial y a los numerosos templos. Me han gustado especialmente los paseos nocturnos a la luz de los farolillos, que crean un ambiente encantador.
Sin embargo, hay que reconocer que la hilera de restaurantes occidentales estropea ligeramente el encanto de la zona. Considero que merece la pena atravesar el puente de bambú (solo durante la estación seca) que une ambos lados de la ciudad porque es un lugar único desde el que podrás admirar el trabajo de las tejedoras y la cría de gusanos de seda. Yo fui hasta allí andando, pero también puedes alquilar una bicicleta en el centro de la ciudad.
Desde que era pequeño soñaba con ir a Luang Praban, tenía la cabeza llena de historias que me habían contado amigos de mis padres sobre este emblemático lugar de Laos. Y, tengo que decir que no me decepcionó, todo lo contrario. Aunque Luang Prabang sea una ciudad muy conocida y visitada, el encanto que desprende no ha sido alterado por la gran cantidad de turistas. Todos los templos son magníficos, magníficamente decorados y ornamentados con numerosas esculturas cada una más impresionante que la anterior.
Al final del día, se desarrolla un mercado en la calle principal, allí encontrarás ropa y artesanía local. Otro mercado te espera en una calle perpendicular, éste está especializado en la comida y, créeme, ¡te será difícil escoger! La mayoría de los proponen grandes bufés y muchos platos diferentes, ¡estarás encantado!
Luang Prabang es un destino imprescindibledurante una estancia en Laos.
La mejor forma de llegar a Luang Prabang es yendo en barco por Laos. Así fue como descubrí esta joya del este de Asia durante mi viaje por Laos. Es hermosa. Excepcionalmente bella, está incluso declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Capital de Laos hasta 1563, su nombre significa "Gran estatua de oro sagrada". Antes de nada, hay que saber que Luang Prabang es el paraíso para los buenos estómagos. Por menos de 1€ en el mercado, encuentras tantos buffet como quieras, con arroz frito, lleno de diferentes pastas, buñuelos rellenos, curry... Es sencillamente maravilloso.
En Luang Prabang hay que levantarse temprano. Cada día a las 5h30 se comienza la Rera. Es uno de los rituales budistas más impresionantes que pueden verse. Como hizo Buda en otro tiempo, los jóvenes monjes de la ciudad desfilan por las calles para pedir comida. La procesión avanza, y cientos de monjes caminan impasibles, en un pesado silencio y una atmósfera extremadamente religiosa. Ver a estos monjes con sus ropas naranja avanzar descalzos es una auténtica experiencia que tienes que ver. Una lástima que el ambiente se vea un poco enturbiado por los fotógrafos, no siempre respetuosos.
Tras una jornada completa de visitas, te recomendaría subir al monte Phousi para disfrutar de la puesta de sol. Mi plan especial para Luang Prabang es la sauna de la Cruz Roja. No es muy cara y al menos te permite hacer una buena obra, porque el dinero se destina a ayudar a un pueblo de Laos. Entre cada paso por la sauna se sirven grandes vasos de un té delicioso. Por otra parte, he de confesar que pasé más tiempo con la taza en la mano que sudando.