La ciudad de Paksong no tiene ningún atractivo particular, lo más interesante son los alrededores, especialmente las magníficas cataratas que se encuentran a algunos kilómetros de la ciudad. Para mí, la cascada más bellas de los alrededores es la de Tag Alang, a unos cuarenta kilómetros de Paksong.
Esta catarata mide unos diez metros y el caudal es tal que el viento te arrastra y te salpica desde que te acercas. Muchísimas flores rosas y bananeros crecen alrededor de la cascada y conforman un magnífico paisaje, según el punto de vista, puede aparecer un arcoíris que completa el decorado. Para los que no temen a las vacaciones deportivas, debes saber que el acceso a Tad Alang no es fácil, la bajada es escarpada y puede ser peligrosa en la estación de las lluvias, pero el esfuerzo vale la pena y tendrás tu recompensa una vez abajo.
En el momento de hacer la síntesis de tu estancia en Laos verás que la palabra "cascadas" te vendrá regularmente a la boca. Especialmente, antes de Paksong, la cascada de Katamkok, que lleva su tiempo encontrar (pero que nos deja un poco decepcionados en la medida en que no podemos aproximarnos y por tanto lavarnos para quitar el polvo que nos recubre, ya que la carretera está en construcción en ese trozo...).
¡Un verdadero placer conducir en estos suelos de tierra batida, más o menos arenosa! No nos desanimamos y nos bañamos en un río bajo un puente. ¡Uno más de esos bellos momentos sencillos, improvisados y beneficiosos! Finalmente nos detenemos en Paksong al final de la tarde para pasar la noche. La aldea no tiene mayor interés salvo por el hecho de que hacen deliciosas barbacoas. Como aun no habíamos probado, ¡era la ocasión!
La región fue una de las más bombardeadas durante la guerra de Vietnam, así que no te esperes una rica arquitectura o un gran patrimonio. Por su clima ideal, debería haberse convertido en una de las principales zonas productoras de café -un projecto francés-, pero, de nuevo, la guerra puso fin a este sueño. Sin embargo, la meseta Bolaven produce granos reconocidos como entre los mejores del mundo; Pakxong es una "capital del café".
Disfrutamos del lugar, compramos en el mercado, pero también descubrimos sus plantaciones, a las afueras de la ciudad. Fuimos en autobús, como suele ser habitual durante un viaje a Laos. Decidí ir a ver Tat Fan, desscrita como "una de las cataratas más espectaculares" del país.
Era la temporada de lluvias, por lo que había muy pocos visitantes y hacer senderismo en la cercana reserva natural, habitada por monos, mariposas gigantes y tigres, era imposible, pero no me arrepiento: ¡fue una auténtica bocanada de naturaleza!