El más grande de los países bálticos, Lituania ha tenido una historia bastante agitada, oscilando entre la prosperidad y la ocupación, la grandeza y la dominación.
El territorio ocupado
La historia de Lituania como estado comenzó realmente en el siglo XIII con el rey Mindaugas, que unificó el país y resistió las amenazantes invasiones de los caballeros teutónicos y los Hermanos Livonios de la Espada, además de los tártaros. Fue en ese momento cuando el poder deVilna como capital y potencia europea se afirma. Te darás cuenta de ello durante tu estancia en Lituania.
La unión de Lituania con Polonia en el siglo XVI promovió su crecimiento y una expansión espectacular, además de mantener a distancia a todos los poderes rivales... por un tiempo. Esta historia tan agitada de Lituania ¡no es más que sus inicios!
A partir del s. XVIII, el destino de Lituania coincide con el de Polonia, dominaciones tras dominaciones. Ocupada por Rusia hasta 1915 y luego por Alemania, el estado báltico siguió luchando para mantener su identidad nacional y, finalmente, proclamar su propia república en 1918.
Fue un breve período de calma al que siguieron los desórdenes internos y externos. Lituania terminó cayendo bajo el yugo soviético y después de Alemania, durante la Segunda Guerra Mundial. Pero la turbulenta historia de Lituania no acaba aquí. En 1945, el ejército rojo soviético reanudó su conquista.
Desde la época de la independencia a la Unión Europea
Con un poderoso sentimiento nacional (que percibirás durante tu viaje a Lituania), Lituania fue el primer estado del Báltico en rebelarse contra la dominación soviética. Así comenzó un período sangriento que condujo a la obtención de la independencia en 1990. Entonces, comenzó la segunda República de Lituania.
La política interna sigue siendo un tanto caótica, especialmente relacionada con una alta corrupción, pero el crecimiento económico, el descenso del desempleo y la integración de la política exterior estabilizan el régimen. Desde entonces, Lituania tiene su lugar dentro de la OTAN y, desde 2004, en la Unión Europea.
La inestabilidad política no ha impedido que haya una disciplina fiscal severa para lograr una mejora de la economía y favorecer su entrada en la zona euro en 2015.
