Narvik es una ciudad sorprendente. Aunque el centro de la ciudad no sea uno de los más encantadores, esta ciudad no carece de interés para visitarla durante un viaje por Noruega.
Allí he visto pistas de esquí que descienden hasta el borde de las casas y tuve la oportunidad de admirar paisajes de una belleza excepcional, dignos del norte de Noruega. En cada esquina podrás admirar unas vistas diferentes de los fiordos y sus alrededores. Recuerdo especialmente un paseo matinal por la parte alta de la ciudad, donde me detuve a ver los paquebotes que se alejan entre las montañas.
Si te gusta la historia, debes visitar el museo dedicado a la Segunda Guerra Mundial, donde se exponen numerosos objetos auténticos de la época. Ten cuidado y respeta los horarios. Por norma general, el museo cierra pronto por la tarde.
Durante mi primer viaje a Noruega descubrí Narvik, una ciudad entre el cielo y el mar, en un indescriptible decorado de montaña y océano
A primera vista, la ciudad puede parecer fría (no sólo por el duro clima invernal con temperaturas por debajo de cero) y si nmucho interés. Sin embargo, si te tomas el tiempo para descubrirla, Narvik tiene mucho que ofrecer.
Por ejemplo, los museos, (el del acero, el de la Segunda Guerra Mundial), los festivales de música o los restaurantes increíbles te sorprenderán. También tendrás la posibilidad de ponerte los esquís si te apetece e ir a esquiar a las montañas circundantes.
Narvik también es un buen punto de partida para explorar la zona, cogiendo la línea de tren que va hasta Kiruna (Suecia) a lo largo de los fiordos, con unas vistas impresionantes.
Guardo muy buen recuerdo de la ciudad y creo que vale la pena dedicarle un día entero, aunque por sí sola no es el objetivo de un viaje.