Mascate es la puerta de entrada del sultanato. A primera vista puede ser sorprendente, con sus autopistas y edificios modernos. Para captar el espíritu de la ciudad y comprender su encanto, lo mejor es que vayas al barrio de Mutrah, que tiene una arquitectura tradicional (cúpulas de loza azules y amarillas, balcones ornamentados), un zoco y un agradable paseo acondicionado a lo largo de una bahía.
Al recorrer los pasillos algo menos turísticos del zoco, tuve la suerte de caer en la zona de los fabricantes de kummas (el sombrero tradicional omanés). Esa parte del zoco es especialmente auténtica y un kumma es una buena idea para regalo si haces un viaje por Omán.
La ciudad moderna tiene monumentos de interés, como la Gran Mezquita del Sultán Qaboos y la ópera, que merece la pena visitar.
El interés de Mascate reside en la constante mezcla de tradición y modernidad, tan característica del país.
Mascate es la primera etapa imprescindible en Omán. Permite impregnarse de la cultura y adaptarse con vistas a recorrer el país. Es una ciudad muy abierta: hay muchos extranjeros y los lugareños son muy tolerantes y abiertos de mente. Para las mujeres, no es obligatorio llevar el velo. Puedes pasearte en camiseta y pantalón sin problema. De todas formas evitaremos la provocación con escotes y otras vestimentas, como los mini shorts (incluso a pesar del calor). Los únicos lugares en los que la ropa corta se tolera son las grandes cadenas hoteleras, las discotecas y los grandes restaurantes: en resumen, allí donde los extranjeros y expatriados se reúnen.
No hay que perderse en Mascate: el zoco de Muttrah. Está situado en el casco antiguo. Es un lugar perfecto para descubrir la cultura de Omán. Después de haber atravesado el zoco, puedes pasearte por el barrio tradicional. De todas formas no conviene mostrar signos exteriores de riqueza (como una máquina de fotos último grito colgada del cuello), porque se trata de barrios pobres. Los robos son prácticamente inexistentes en Omán, pero se trata simplemente de una cuestión de respeto.
Otro lugar para visitar: las playas de Mascate. Particularmente me gustó la de Yiti. Es una playa todavía salvaje y poco conocida por los turistas. El lugar no es de fácil acceso: es preferible ir allí con vehículo propio para no estar dependiendo de los taxis.