He tenido la suerte de descubrir el desierto de Lompoul durante el Festival del Sahel. ¡Fue una experiencia absolutamente mágica! Da la sensación de que te encuentras en el fin del mundo, en contacto con el alma del desierto, aunque este no mida más que unos pocos kilómetros cuadrados... ¡A pesar de su extensión, las dunas son muy altas (a veces hasta 10 metros), lo que te da esa sensasión vigorizante de que te encuentras en medio del Sahara o en los grandes desiertos de Mauritania!
El desierto se encuentra a menos de 10 km del océano. Recuerdo que no pasé mucho calor y eso se debe a que corre una agradable brisa marina que refresca las dunas y mueve la arena caliente. Al final del festival, fuimos a Lompoul-sur-Mer a bañarnos y a lavarnos en el océano, en las enérgicas olas de la costa atlántica. Un momento estupendo...
Guardo un recuerdo maravilloso del Festival del Sahel: músicos estupendos, artistas procedentes de todo el continente africano y público venido del mundo entero. Dormimos en tiendas de campaña sobre las dunas y bailamos bajo las estrellas del desierto. ¡Una experiencia maravillosa que recomiendo a todo el mundo!