Situado en el centro de Birmania y con más de 1500 metros de altitud, el monte Popa es un sitio único y especial al que vale la pena ir si consigues abstraerte de los muchos detalles que estropean la visita. Después de subir durante media ahora evitando a los monos ladrones de botellas de agua (guarda todos tus objetos personales en la mochila, porque no son nada amistosos, sino más bien agresivos), llegarás al templo dorado de Taung Kalat. El monumento tiene una decoración muy rica, pero al llegar a la ladera de la montaña, aunque parezca increíble, ¡está llena de basura! Es una lástima asistir a tan triste espectáculo en un lugar sagrado...
Creo que el monte Popa no está a la altura de la publicidad que le hacen las agencias que ofrecen excursiones a este importante lugar del budismo. Ve al monte Popa si tienes pensado pasar tiempo de sobra en la región. Creo que este sitio no es para nada de visita obligada si quieres hacer un buen viaje por Birmania. Sin embargo, el lado positivo es que allí hace más fresco que en Bagan.
La ascensión merece la pena, sobre todo si estás en Bagan, desde donde se puede visitar el Monte Popa en una excursión de medio día. La mayoría de hoteles ofrece esta excursión. Merece la pena apreciar las vistas de los alrededores desde la cima del monte (si el cielo está despejado). En la ruta desde Bagan hasta el Monte Popa es posible pararse a visitar una fábrica de vino de palma y de azúcar de caña.
Ten cuidado con tus pertenencias y con la suciedad del suelo durante tu ascensión, los monos suelen meter la mano en las mochilas y se llevan bolsas de plástico, comida, gafas de sol...
Los 777 escalones se suben con bastante facilidad o al menos sin grandes dificultades (si se tienen unas condiciones físicas normales).