Las largas horas de autobús que hacen falta para llegar a Mompox merecen la pena. Es una pequeña ciudad colonial típica y tranquila que parece anclada en el tiempo. Disfruté mucho de los días que pasé en ella. No tiene necesariamente muchos sitios turísticos que ver o visitar, pero es el lugar perfecto para relajarse, conocer a sus habitantes e impregnarse de su ambiente.
Visitar el jardín botánico y charlar con Don Ernesto, una auténtica enciclopedia andante, pasar el rato con los habitantes locales, que se echan la siesta en sus mecedoras, descansar observando a los gatos y a los niños jugar, visitar a los joyeros, verdaderos expertos en labrar la plata, o darte una vuelta por el pantano y encontrarte con aves, iguanas y pescadores, son algunas de las actividades que te recomiendo durante tu estancia allí. Mompox es una ciudad de obligada visita en Colombia.
Situada en el norte de Colombia, en el departamento de Bolívar, a unos 250 km de Cartagena de Indias, Santa Cruz de Mompox es una pequeña joya arquitectónica. Fue uno de los lugares que más me gustaron durante mi estancia en Colombia.
Esta encantadora ciudad del Caribe, que cuenta con 40 000 habitantes y que fue fundada en el siglo XVI por los colonos españoles, albergaba en otro tiempo las fortunas de los funcionarios de la Corona de España. De hecho, esta influencia hispánica se hace patente en su arquitectura y sus monumentos. La mayoría de edificios de la ciudad son iglesias y las tradiciones católicas están aún muy arraigadas entre la población local.
El centro histórico es de una riqueza arquitectónica excepcional y está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Entre los monumentos que no te puedes perder se encuentran: la Iglesia de Santa Bárbara, la Iglesia de la Inmaculada Concepción (mi favorita), la Iglesia de San Francisco, la Plaza de Santo Domingo, el Palacio de San Carlos de Borromeo... ¡Si tienes aversión por los edificios religiosos, los rosarios, las vidrieras y los crucifijos, será mejor que no visites esta ciudad!