Viaje a Manzanillo

4.5
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Jungla exuberante, playas desiertas, sabores caribeños y el canto de los pájaros al despertar. En Manzanillo te espera la escapada perfecta.

Visitar Manzanillo

Visitar Manzanillo en Costa Rica es regalarte un viaje al final de una carretera bordeada por la selva, donde el mar Caribe acaricia playas desiertas de arena dorada. Enclavado cerca de la reserva Gandoca-Manzanillo, este pequeño pueblo afrocaribeño ha sabido mantenerse al margen de las multitudes y conservar su esencia.

En Manzanillo, los perezosos cruzan el camino de los tucanes y los barcos de pesca se deslizan sobre las aguas turquesa al amanecer. Vive al ritmo pausado de la música, entre paseos en canoa, excursiones por la naturaleza y cocina criolla llena de aromas. Solo con una mirada ya lo entenderás: has llegado a otro lugar.

  • Etapa de senderismo / Trek
  • Turismo Responsable
  • Naturaleza, Aventura & Deporte

Manzanillo : ¿Cómo llegar?

Manzanillo se encuentra en la costa caribeña, al sur de Costa Rica, cerca de la frontera con Panamá. Desde España, puedes tomar un vuelo a San José y luego continuar en coche hasta Manzanillo.

Manzanillo : ¿Cuándo viajar?

Para disfrutar del sol, viaja a Manzanillo de febrero a abril. La costa caribeña es agradable fuera de temporada, con menos lluvia que en otras zonas de Costa Rica.

Manzanillo : ¿Por cuánto tiempo?

Planea pasar de dos a tres días en Manzanillo para disfrutar al máximo de su naturaleza exuberante y de su relajado ambiente caribeño.

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Sitios imprescindibles y rincones secretos: ¿qué ver y qué hacer en Manzanillo?

1. Explora la reserva de Gandoca-Manzanillo

Adéntrate en la reserva de Gandoca-Manzanillo y sumérgete en el corazón de una selva donde la naturaleza se siente en cada rincón. Monos aulladores, perezosos, ranas multicolores, tucanes… camina con sigilo por los senderos tropicales, con la mirada atenta. Aquí se percibe la vitalidad del bosque húmedo, lleno de vida. Acompañado de un guía local apasionado, sube a los miradores que dominan el mar Caribe y descubre en la playa las huellas de tortugas que han venido a desovar. Un instante en el que parece que el tiempo se detiene, un instante puro y emocionante.

2. Nada con máscara y tubo en los arrecifes de coral

En Manzanillo, el mar invita a sumergir la cabeza bajo el agua. Aletas, máscara y tubo: el trío ideal para explorar un mundo silencioso e hipnótico. Desde la playa principal, solo unas brazadas te separan de los arrecifes. El agua es cristalina, los corales florecen en abanicos de rosa, violeta y amarillo. Te rozan unos pequeños peces mariposa, mientras varias rayas se deslizan con elegancia por debajo de ti. Y recuerda cuidar este ecosistema frágil: se mira, pero no se toca.

3. Adéntrate en las callejuelas del pueblo

Manzanillo es un pequeño pueblo pesquero donde el tiempo parece haberse detenido. Una calle principal de tierra, casas de madera pintadas de azul, verde y rojo. Pasea sin rumbo, guiado solo por el aroma de un gallo pinto cocinándose, o el sonido de un animado reggae que sale por las ventanas abiertas. Conocer a los habitantes aquí es descubrir un pedazo del alma afrocaribeña de Costa Rica, con sonrisas sinceras y relatos marineros compartidos alrededor de un café.

4. Prueba las especialidades criollas

Olvídate de los restaurantes convencionales: en Manzanillo se come local, casi con los pies en la arena. Ve a probar un arroz con frijoles con leche de coco, bien sazonado, o un rondón aromático, esa sopa de pescado con raíces dulces y especias intensas. Aquí podrás tomarte tu tiempo, disfrutar y brindar con una cerveza o un zumo de tamarindo casero. ¡Un auténtico viaje sensorial!

5. Camina hasta el mirador de Punta Manzanillo

Una corta subida por la selva tropical te lleva hasta un promontorio que domina el mar Caribe. Desde arriba, las vistas te dejan boquiabierto: acantilados verdes, playas doradas y palmeras meciéndose con el viento. Es el lugar perfecto para un pícnic al aire libre o simplemente para sentir la brisa en tu cara, acompañado por el murmullo de las olas. Al amanecer o al atardecer, los colores se vuelven irreales. Lleva tu cámara, pero no olvides disfrutar del momento.

6. Observa las aves al amanecer

Manzanillo es un paraíso para ornitólogos, tanto aficionados como apasionados. Por la mañana temprano, el aire se llena de cantos y aleteos. Bajo los grandes almendros o cerca de los manglares, podrás ver tucanes de pico de quilla, guacamayas o el discreto trogón violáceo. Un guía ornitológico local te ayudará a descubrir las especies raras del lugar y te contará los detalles de esta riqueza natural. Una experiencia suave, llena de secretos alados.

7. Haz kayak en los manglares de Gandoca

Pon rumbo a la laguna de Gandoca para una excursión en kayak por sus aguas. Silenciosos y deslizantes como cocodrilos, los kayaks serpentean entre los mangles, cuyas raíces retorcidas crean un paisaje fantástico. Alejado de todo, cada remada te acerca a un mundo secreto: garzas azules, basiliscos con apariencia de dinosaurios, monos traviesos que te observan desde las ramas. Fuera de temporada, a veces estarás solo en el agua, con el sonido del chapoteo como única banda sonora.

8. Descubre las tortugas marinas de Gandoca

Entre marzo y julio, las playas cercanas a Manzanillo se convierten en gran refugio de la maternidad. Las tortugas lora, a veces de más de dos metros, llegan a desovar bajo la luz tenue de las estrellas. Una experiencia conmovedora, para vivir de la forma más respetuosa, acompañada por asociaciones locales que protegen esta especie en peligro. De noche, con los pies en la arena, se contiene la respiración al ver a un animal prehistórico acercarse suavemente a la orilla, guiado por su instinto.

9. Disfruta de un batido en la playa

A veces, la felicidad está en un simple gesto: saborear un batido frío en la playa de Manzanillo. Plátano-mango-papaya, cacao-piña, fresa-guayaba... cada sorbo es toda una explosión tropical, dulce y deliciosa, perfecta para refrescarte después del baño. Siéntate a la sombra de un almendro, deja que la arena acaricie tus dedos y observa a los pescadores recogiendo sus redes. Aquí, simplemente se vive a ritmo tranquilo.

10. Prueba la pesca artesanal

¿Quieres involucrarte de verdad? Sal muy temprano al mar con un pescador local. Redes lanzadas a mano, paciencia y respeto por los ciclos naturales: en Manzanillo la pesca sigue siendo un arte que se transmite de generación en generación. Aprenderás a localizar bancos de peces y a preparar los anzuelos según la marea. A mediodía, tú serás quien lleve la comida para asar en el fuego. Una aventura sencilla pero profundamente auténtica.

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¿Quieres descubrir las playas salvajes de Manzanillo, ver perezosos colgados de los árboles o explorar la costa caribeña de manera auténtica? Tu agente local te guía, comparte sus mejores direcciones, consejos prácticos y trucos para un viaje auténtico, pensado contigo y solo para ti.

Manzanillo: ver nuestros circuitos

Manzanillo : información práctica

La mejor época para visitar Manzanillo va de febrero a abril, cuando el clima es más seco en la costa caribeña de Costa Rica. Sol radiante, playas tranquilas, naturaleza exuberante: todo está listo para disfrutar de las rutas en la reserva Gandoca-Manzanillo y de las aguas cristalinas del Caribe.

Entre septiembre y octubre, hay otra temporada menos conocida que atrae a los viajeros más expertos: es el verano caribeño, aunque en otras zonas del país llueva. La fauna marina está muy activa y las playas, casi vacías. En cambio, es recomendable evitar noviembre y diciembre, meses muy húmedos y turísticos. Viaja mejor, viaja sin multitudes.

Planea al menos dos noches en Manzanillo para absorber la atmósfera tranquila de este pequeño pueblo caribeño, lejos del bullicio urbano. Este es el tiempo necesario para caminar hasta el extremo del parque Gandoca-Manzanillo, saborear un ceviche frente al mar y dejarte llevar por el ritmo pausado de la costa sur del país.

¿Y si tienes más tiempo? Es la oportunidad perfecta para explorar las calas vírgenes a pie o en bicicleta, observar perezosos a lo largo de los senderos del parque o incluso participar en una excursión marítima con un guía local para avistar delfines y tortugas. Aquí todo invita a relajarte y vivir cada instante al ritmo del oleaje y del reggae.

Para alojarte en Manzanillo, elige el propio pueblo, ideal para moverte a pie hasta el parque o la playa. La carretera costera entre Manzanillo y Punta Uva también cuenta con algunos lodges en plena naturaleza, perfectos para quienes buscan tranquilidad.

Nuestros agentes locales de Evaneos, establecidos en la costa caribeña, conocen los mejores alojamientos sin aglomeraciones: ecolodges gestionados por familias afrocaribeñas, cabañas entre la copa de los árboles o pequeños hoteles frente al mar. Te orientarán hacia sitios donde el confort se combina con la autenticidad y el respeto total por el medio ambiente.

En Manzanillo, el pueblo caribeño donde el aroma de las especias baila con el aire salado del mar, la cocina criolla es una verdadera experiencia sensorial. Entre los imprescindibles para probar están:

  • El arroz con frijoles, plato emblemático de la costa caribeña: arroz y frijoles rojos cocidos lentamente en leche de coco, acompañados de pollo a la parrilla marinado con especias.
  • El rondón, estofado de pescado o mariscos cocidos en un caldo cremoso de leche de coco, con plátanos verdes, ñames y verduras tropicales.
  • Los patacones, rodajas de plátano verde fritas dos veces, crujientes y deliciosos, a menudo servidos con guacamole o salsa de chile dulce.
  • El pan bon, un pan denso, especiado y dulce, con aromas de canela, nuez moscada y clavo, un recuerdo sabroso de las raíces afrocaribeñas.

En Manzanillo, pequeño pueblo afrocaribeño al sur de la costa caribeña de Costa Rica, la gastronomía es toda una celebración donde los sabores de las especias criollas se mezclan con productos frescos del mar.

Aquí tienes algunas direcciones locales imprescindibles para saborear el alma culinaria de la región:

  • Moca Beach Restaurant: el referente de Manzanillo. Aquí se va por sus generosos platos como el arroz con frijoles con leche de coco, sus carnes a la brasa y su vista directa al océano.
  • Cool & Calm Café: pequeño restaurante familiar con ambiente relajado. Prueba los tacos de pescado o la langosta a la parrilla, recién pescada.
  • Colores Seafront: cocina caribeña fusión frente al mar, ambiente romántico y ceviche casero irresistible.
  • El Refugio Grill: simple, auténtico y siempre sabroso. ¡Excelentes especialidades en el menú!

Para moverte por el pequeño pueblo de Manzanillo, en la costa caribeña de Costa Rica, la mejor opción es caminar. El pueblo es compacto, las calles son poco transitadas y están rodeadas de exuberante vegetación, y todo queda a una distancia corta para pasear entre la playa, los restaurantes y las pequeñas tiendas locales.

Para explorar los alrededores, lo más fácil es alquilar una bicicleta o una bici de montaña en algún hotel o tienda de Puerto Viejo, que queda a unos doce kilómetros. La carretera costera hasta Manzanillo es plana y bordeada por la selva, todo un placer. También puedes moverte en taxi local desde Puerto Viejo o tomar los autobuses públicos que pasan por la zona, aunque su frecuencia es irregular.

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