Hay diferentes opciones en la Amazonia: Misahualli, Baños, Tena, Puyo, El coca... Todos estos lugares te ofrecen una forma fácil de descubrir la Amazonia. Si tienes ganas de aventura, un circuito en canoa por alguno de los ríos te acercará a la flora y la fauna local.
También puedes, como hice yo, salir desde el puerto de Tena en dirección a una reserva con alojamiento rural, en compañía de un guía experto. Navegar por el Tena es la manera perfecta de adentrarse en la selva, de noche o de día. No te asustes por los diversos gritos y rugidos, uno se acostumbra rápido. A la salida del alojamiento, puedes caminar por la selva amazónica y escalar una plataforma de más de 40 metros de altura para admirar el paisaje. El espectáculo es fascinante.
Finalmente, en la expedición por la Amazonia, conocerás a la población del lugar, a "las Amazonas", y serás honrado con el rito de la cerbatana, todo un descubrimiento de la artesanía local (collares hechos con semillas agujereadas) También descubrirás la cultura de la piña y del algodón.
Nosotros pasamos tres días en la jungla durmiendo bajo la mosquitera. Íbamos vacunados contra la malaria, pero estaba seguro de que había más que mosquitos en la zona. La mosquitera también sirve para protegerse de las arañas.
Me había imaginado llegar a conocer bien la fauna local, pero lo cierto es que descubrí la flora gracias a nuestro estupendo guía. Nos enseñó algunos fundamentos del cuidado de las plantas, y también a construir un arco y flechas a base de ramas. Tuvimos el honor de probar la comida típica, a base de banana casi siempre, de asistir al sacrificio de sapo colgado por las patas (aunque no entendí muy bien para qué servía) y de probar una flor, alucinógena, de la cual la leyenda dice que hay que estar rodeado de buenas personas cuando se toma, porque si no, puede ser mortal.
Estuve en todo momento obsesionado con no perder de vista a nuestra guía. Me cuesta comprender cómo es posible encontrarse en medio de tan densa vegetación. Fue la primera vez que vi ananas y árboles de cacao. En conclusión, la selva amazónica es bella.
Ecuador no es muy grande, pero le ofrece al viajero la suerte de poder conocer la costa del Pacífico, el corredor andino y la vertiente amazónica oriental.
Durante tu estancia en Ecuador, no pierdas la oportunidad de pasar unos días o más en la Amazonia ecuatoriana. Desde Baños es fácil ir a Puyo o a Tena y a partir de ahí ya te internas en la selva. Desde Quito también puedes coger un autobús o un avión a la reserva de Cuyabeno. Hay varias opciones disponibles para hacer turismo comunitario, por ejemplo, con los Shuar (conocidos en España como jíbaros) cerca de Puyo. Y hay muchas más actividades, como los cruceros por los ríos.
Al margen de las rutas turísticas típicas, en la reserva protegida de Limoncocha (al norte, a dos horas de autobús de Coca) tuve ocasión de alojarme con una familia que me llevó por todos los alrededores de la laguna. Hicimos paseos por la selva para ver la fauna y la flora, salimos por la noche en piragua entre cocodrilos, pescamos pirañas y después las cocinaron... La tranquilidad de la noche era perfecta para mirar las estrellas. Solo el croar de las ranas rompía el silencio... Independientemente del punto de la Amazonia donde te encuentres, sin duda descubrirás que la selva es una verdadera farmacia al aire libre, gracias a las propiedades medicinales de sus numerosas plantas.