Grecia en invierno

La principal ventaja de viajar a Grecia en invierno es que los sitios turísticos, normalmente abarrotados de visitantes, están desiertos. Se puede visitar la Acrópolis de Atenas, pasear por el centro histórico de La Canea o admirar los atardeceres de Santorini en total intimidad. Todo esto sin sufrir el calor, normalmente muy sofocante en verano.
Viajar en invierno a Grecia también es una oportunidad para participar en las festividades locales. Empezando por los carnavales, que se celebran cada febrero en las calles de Patras, Naxos o Rethymnon. ¿Y por qué no pasar el comienzo del invierno en Creta para celebrar San Nicolás, patrón del mar y la marina, festejado por toda la isla?

El clima mediterráneo de Grecia promete inviernos suaves, aunque algo lluviosos. De diciembre a marzo, las temperaturas oscilan entre los 13 y 17 grados de media en la Grecia continental. En las islas Jónicas, las Cícladas y Creta, el termómetro a menudo marca unos grados más. Los más valientes (o menos frioleros) incluso podrán darse un baño en el mar y disfrutar de las vistas.
Si se quiere disfrutar del invierno explorando Grecia central, sin embargo, hay que esperar temperaturas más bajas, e incluso nieve. La región del monte Parnaso, que domina la ciudad de Delfos, alberga una estación de esquí, por si nos apetece esquiar con los dioses.

Si, como un ave migratoria, se busca pasar el invierno al sol, la mejor opción es Creta. De hecho, la isla más grande de Grecia puede presumir de ofrecer unos de los inviernos más cálidos de Europa. De diciembre a marzo, las temperaturas suelen rondar los 17 grados en tierra firme, e incluso en el agua. Pasar el invierno en Creta es, por lo tanto, muy recomendable. También es un sitio y un momento ideal para hacer rutas de senderismo.
En la Grecia continental, es mejor optar por la costa que por el interior. En Atenas, por ejemplo, las temperaturas pueden alcanzar los 18 grados, aunque la lluvia es frecuente. Y también se puede acudir a las cálidas aguas del lago Vouliagmeni, situado a unos cuarenta minutos en coche o tren desde la capital.

Creta encabeza nuestra lista de islas griegas para visitar en invierno. Especialmente a principios de diciembre, durante la festividad de San Nicolás, y a finales de febrero, cuando la frenesí del carnaval se apodera de las calles de Réthymnon. Si, por el contrario, se busca desconectar del mundo, es mejor optar por las islas de Rodas o Karpathos, frente a Turquía, donde además se pueden hacer unas estupendas rutas de senderismo.
También se puede aprovechar la temporada baja para visitar las imprescindibles Cícladas sin multitudes. En esta época del año, solo las islas principales, como Santorini o Naxos, son accesibles en ferry. Pero nuestros agentes locales sabrán aconsejar sobre la mejor ruta a seguir para visitar las islas griegas en invierno.

El Peloponeso revela su verdadera esencia durante los meses de invierno. Las temperaturas oscilan entre 13 y 18 grados en las zonas costeras, mientras que las regiones montañosas, como la cordillera central, experimentan nevadas regulares.
Esta diversidad climática brinda oportunidades únicas para los viajeros. Las rutas de senderismo por los bosques densos de la región de Arcadia cobran vida bajo la luz invernal. Los amantes de la naturaleza encontrarán su paraíso en los ríos prístinos, ideales para rafting en aguas bravas.
La región mantiene una atmósfera auténtica con sus viejos puentes de piedra y pueblos de montaña prácticamente desiertos. Los fantásticos productos locales brillan en las tabernas tradicionales, donde las chimeneas encendidas invitan a degustar platos reconfortantes mientras la nieve cubre los picos circundantes.

Comenzamos nuestro recorrido en Grecia en invierno por la capital, Atenas. La temporada baja es el momento ideal para descubrir los tesoros antiguos de la ciudad. Empezando por la Acrópolis, uno de los lugares más visitados del mundo, ¡pero mucho más tranquilo en invierno! Al día siguiente, se pueden descubrir otros aspectos de Atenas, durante un recorrido guiado (y por qué no, gastronómico) por los seis principales barrios de Atenas.
Para el resto de nuestra estancia invernal en Grecia, hay varias opciones: algunos buscarán el sol en Creta; otros se dirigirán a las Cícladas para descubrir Santorini lejos de los momentos turísticos habituales; y otros se dirigirán hacia el norte y se lanzarán a conquistar las estaciones de esquí griegas como Parnaso, Kalavrita o Karpenisi, por mencionar solo algunas.

Una estancia en Grecia en invierno ofrece un ambiente y unos paisajes espectaculares. Lejos de las multitudes, y bajo la suave luz invernal, podrás descubrir entornos míticos como los pueblos encalados de las Cícladas, los vestigios antiguos de Atenas, las ciudades medievales de Rodas o los atardeceres sobre el mar Egeo.
Pero un viaje en invierno también brinda acceso a una faceta menos conocida de Grecia: la de las montañas nevadas. Cuando se cubre de nieve, el monte Olimpo ya no es el hogar de los dioses, sino de los esquiadores. Y si no eres muy aficionado a los deportes de invierno, puedes visitar el monasterio de los Grandes Meteoros.

La Acrópolis, el templo de Zeus, el teatro de Dionisio, el Ágora... Atenas es un verdadero museo al aire libre, visitado por millones de viajeros cada año. La buena noticia es que la mayoría de ellos acuden en temporada alta, de junio a septiembre. Al elegir visitar Atenas en invierno, se tiene el lujo de descubrir sus monumentos y sus sitios arqueológicos sin multitudes. Y si vas con un guía local de habla hispana, aún mejor.
Pero Atenas no se limita a su patrimonio histórico de reconocimiento mundial. Y el invierno también es ideal para recorrer los diferentes barrios de la capital griega, desde las calles empedradas del barrio de Plaka hasta el mercadillo de la plaza Monastiraki, pasando por los muros decorados con arte callejero de Gazi.

Las vacaciones de invierno en Grecia reservan sorpresas para toda la familia. Los aficionados a los deportes de invierno pueden instalarse en una de las muchas estaciones de esquí griegas. Los apasionados de la historia no sabrán por dónde empezar, ya que el país está lleno de museos y sitios arqueológicos. Y aquellos que echen de menos los días soleados encontrarán su felicidad en las playas desiertas de las Cícladas o Creta.
A finales de febrero, Grecia es escenario de un evento que encanta a pequeños y grandes: ¡el carnaval! Desde Naoussa en la isla de Naxos, hasta Rethymnon en Creta, pasando por la Grecia continental, las calles cobran vida. Podrás disfrutar de desfiles coloridos, banquetes de carne a la parrilla y espectáculos de cometas.