Corinto fue una de las ciudades más importantes de la Antigua Grecia y es un lugar de obligada visita durante una estancia en Grecia para todos los apasionados de la historia y la arqueología. Aunque se conservan relativamente pocos vestigios de esta época, encontré este yacimiento realmente interesante, ya que los caminos que lo recorren están muy bien construidos y cuentan con numerosos paneles informativos muy completos.
De los templos griegos solo queda en pie una parte del templo dórico dedicado al dios Apolo. El resto del yacimiento está conformado principalmente por ruinas romanas, como el templo de Octavia, el Ágora, la antigua calle Lechaion y, sobre todo, la fuente de Pirene, una construcción que me causó una gran impresión. El museo del propio sitio arqueológico también alberga bonitas piezas de esta época.