A 2500 metros de altitud, el Pacaya es uno de los volcanes más famosos del país y uno de los más accesibles que visité durante mi viaje a Guatemala. Está totalmente prohibido subir sin compañía, por lo que me uní a una excursión organizada y guiada que partía desde Antigua.
La densa vegetación da paso en pocos metros a una gran extensión árida y oscura. Las faldas del volcán están cubiertas de arena y polvo de lava. Es un paisaje único. Un paisaje lunar totalmente desolador en el que ningún ser vivo parece poder sobrevivir. Cuando visité el volcán, hacía apenas tres meses que había entrado en erupción. Por motivos de seguridad no pude llegar hasta el cráter. Era demasiado peligroso. Junto a nuestro guía cavamos para ver la lava que discurría por debajo de la capa de ceniza. Al retirar las piedras candentes pudimos observar cómo se filtraban las fumarolas. Una experiencia inolvidable que recomiendo fervientemente.
El Pacaya es uno de los numerosos volcanes de Guatemala. Probablemente, el país posee el mayor número de volcanes de América Central, varios de ellos activos. Tuve la oportunidad de realizar algunos ascensos en Guatemala, entre ellos el de Santa María, cerca de Xela, y su "bástago" el Santiaguito (una de las pruebas físicas más exigente y extenuante de toda mi vida) y yo, que no soy muy atlético, puedo decir que el Pacaya es uno de los más "fáciles".
El Pacaya es un volcán activo con varias zonas para recorrer, que comienzan a reverdecerse. Es difícil imaginar que unos meses o unos años antes una erupción dejó todo cubierto de ceniza negra. Pero es esta ceniza, precisamente, la que es prodigiosamente fértil y permite una rápida regeneración de la vegetación. Donde aún no han crecido las plantas, el paisaje tiene un aspecto lunar, desolado y majestuoso.
Mucha gente ha hecho este recorrido sin planificar y ha sido atacada o estafada, por lo que recomiendo contratar los servicios de un guía o de una agencia, para mayor seguridad. La cercanía de Antigua hace de Pacaya una parada turística muy conocida por quienes realizan un viaje a Guatemala. Los bandidos pueden estar al acecho en esta zona.
Sería raro hacer un viaje a Guatemala y no visitar la ciudad colonial de Antigua, una de las más famosas de Latinoamérica. Está muy cerca el Pacaya, un volcán activo.
En Antigua hay muchas agencias que te llevan y te buscan un guía. Cuenta con una hora larga de marcha para llegar hasta el cráter y los mayores ríos de lava. Llévate un jersey bien gordo, que arriba hace fresquete. También suele hacer viento. Son paisajes lunares. Vas andando por la orilla de los ríos de lava secos y un poco calientes todavía.
Si puedes, ve con un guía oficial. Estará bien informado sobre la actividad del volcán. Subir un volcán activo tiene sus peligros. Hazme caso y el guía te llevará a un sitio donde la lava está tan cerca que puedes hacer una barbacoa :)
Te cuento la aventura completa en mi blog sobre el ascenso al Pacaya.
Si hay una ruta en Guatemala que no me canso de hacer, es el ascenso al Pacaya. Además, es apto para cualquiera. El volcán está a unos cincuenta kilómetros de la pequeña ciudad colonial de Antigua. Tiene casi 2500 metros de altitud y es una excursión muy bonita para hacer en media jornada, solo o en compañía.
Tendrás que buscarte un guía local. Es obligatorio para poder acceder a la ruta. Primero recorres un escenario fértil, de sotobosque. Luego te internas en un desierto de cenizas y rocas volcánicas. Desde el Pacaya hay unas vistas impresionantes de los volcanes vecinos: el Acatenango, el volcán de Fuego y el volcán de Agua. Lo que más me fascina es el panorama desde la cima: la belleza de la caldera brillando incandescente. En una avalancha reciente se precipitó una colada inmensa de lava por uno de los flancos y desde entonces se puede ver el Pacífico a lo lejos.
Al ser un volcán activo, el Pacaya está siempre emanando calor. Impresiona bastante, hasta el punto de que la primera vez que fui se me derritieron un poco las suelas de las zapatillas. ¡Lo bueno es que puedes fundir nubes dulces en las fumarolas del cráter! Es una aventura bonita para hacer en pareja, con amigos o en familia durante unas vacaciones en Guatemala. Si hay alguien que se canse mucho, también tiene la opción de subir a la cima a caballo.