Solola (Guatemala)

Muy a menudo, de camino al lago Atitlán, paso por la ciudad de Sololá (la otra ruta posible es el descenso que pasa por San Pedro y San Marcos, mucho más escarpado). La ciudad en sí no es espectacular, pero vale la pena visitarla cuando hay mercado o fiestas tradicionales. Como es habitual en las zonas indígenas, estos eventos están llenos de color. El departamento de Sololá tiene muchos lugares de interés.

El lago hay que visitarlo sí o sí durante una estancia en Guatemala. Tanto los nacionales como los extranjeros adoran este lago, hasta el punto de que muchos de ellos se instalan ahí. El número de hoteles es destacable. Hay pueblos pintorescos que se merecen una visita. Algunos son muy festivos, como San Pedro y San Marcos La Laguna, por ejemplo, donde celebré año nuevo. Las interminables noches de fiesta, el alcohol y la presencia de turistas extranjeros no son lo mío, pero el espíritu tranquilo de estos dos pueblos, los razonables precios de los hoteles y las actividades que se hacen allí (ascensos, kayak, yoga, etc) los han convertido en sitios muy populares para mochileros. Mi preferido es Santa Cruz La Laguna por su hotel permacultural "La Isla Verda" (que pertenece por cierto a una española).

También recomiendo el mariposario de Panajachel, un lugar lleno de encanto, ideal para darse un paseo si estamos agobiados del bullicio turístico de la ciudad. Hay muchos puntos de interés: visitas a cooperativas cafeteras, ascensción de volcanes, mercados, tradiciones indígenas (Maximón, en Santiago Atitlán, muy folclórico, procesiones religiosas, escuelas de español, actividades náuticas, observación de la fauna local con guías comunitarios, fabulosos hoteles ecológicos, galerías de arte, etc...

Sololá es uno de los departamentos más turísticos de Guatemala. Principalmente, el Lago de Atitlán y los pueblos de sus alrededores son los que los convierten en una parada imprescindible de un viaje a Guatemala. He tenido la oportunidad de visitarlo en varias ocasiones.

San Marcos y San Pedro La Laguna fueron, claramente, mis lugares favoritos, mientras que encontré Panajachel muy artificial y demasiado caro para mi gusto. De hecho, tuve la oportunidad de alojarme dos o tres veces en San Pedro La Laguna, la última de ellas durante la celebración del fin de año de 2013, una ocasión muy alegre y festiva en un pequeño pueblo que ha hecho del turismo su principal fuerza. El lugar es tranquilo durante el día y animado por las noches, con un montón de bares y restaurantes en los que son posibles todo tipo de encuentros. Desde allí, pude realizar el ascenso a la Nariz del Indio, un promontorio rocoso con unas preciosas vistas, donde también se puede hacer kayak a un precio muy razonable.

Durante mi último día de estancia en el departamento de Sololá, me hospedé en un alojamiento alquilado a través de Airbnb, en Santa Catarina Palopó, un tranquilo pueblecito que recomiendo especialmente. Panajechel, por el contrario, me pareció un lugar de poco interés. El Lago de Atitlán, en cualquier caso, cuenta con muchos otros lugares que todavía no conozco y me gustaría descubrir en un futuro, si tengo la oportunidad.