He tenido ocasión de ir al lago Petén Itzá 4 veces. La primera vez, como muchos de los que van de viaje a Guatemala, llegué desde México, a través de Belice. La primera ciudad que visité en Guatemela es Flores (en realidad es una pequeña isla turística de la ciudad de Santa Elena). Su arquitectura es encantadora y el ritmo de la vida es tranquilo, es como una pequeña burbuja apartada de la Guatemala "real", con sus numerosas tiendas "atrapaturistas", (es difícil hacerse una idea del valor de las cosas, los comerciantes duplican y triplican el precio de los productos de artesanía!) sus restaurantes, hoteles, agencias de viajes, de tuk-tuk, etc.
En mi segunda vez, quise descubrir una cueva, un poco apartada, a donde se accedía después de una hora y cuarto de marcha, siguiendo las indicaciones (vagas) de los paneles del Instituto Nacional de Turismo (Inguat). Resultó ser una decepción. Me alquilaron una linterna de muy baja potencia, y eso hizo que no pudiera ver nada nada de la cueva, oscura y de suelo resbaladizo... La calidad del servicio a los turistas es, por así decirlo, extraordinariamente mediocre.
Aparte de eso, también recuerdo visitar la la pequeña isla las Arcas, donde se accede con lancha, con una reserva natural de la que he olvidado el nombre y que me fue sugerida como alternativa al pequeño zoológico Petencito, el cual habría supuestamente perdido interés en los últimos años. Se accede a la isla desde el embarcadero de Flores.
Mis últimos pasos me llevaron a El Remate, donde participé en un reportaje sobre el mismo. Me alojé en el hotel Posada del Cerro, muy cerca de la reserva ecológica de CerroCahuí. Los ruidosos monos del parque se acercaban a jugar a los árboles del recinto del hotel. Aunque las ampollas que le salieron a mi compañera al sumergirse en el lago Flores me echaban para atrás un poco, me bañé a pesar de todo en el agua fresca y transparente de El Remate, un verdadero oasis donde refrescarse en este clima tropical.
Petén Itzá es uno de los “grandes” lagos de Guatemala, el tercero en superficie solo por detrás del lago Izabal y el lago Atitlán. Quien viaje a Guatemala y entre al país desde Chetumal (México) y/o Belice tendrá la fortuna, como yo, de disfrutar del espectáculo de unas puestas de sol impresionantes. Los dos lugares más apreciados por los turistas para alojarse son la Isla de Flores y el pueblo de El Remate.
Pasé allí varios días en septiembre de 2012 la primera vez que pisé territorio guatemalteco y me alojé en Flores, un lugar moderadamente festivo y animado.
Se pueden contratar paseos en lancha. Sin embargo, nosotros nos conformamos con darnos un chapuzón en el lago y bucear un poco. Atención: allí nadie lo reconocerá, pero el lago está bastante contaminado. ¡Un amigo que me acompañaba durante mi viaje y que tiene la piel bastante sensible acabó con hongos!