Los viajeros que, como yo, viajan desde Chetumal (México), por la ruta de Belice, descubrirán que la localidad de Petén es la puerta de entrada a Guatemala. Me encantó la tranquilidad de Flores, una pequeña isla o península ubicada en el lago Petén Itzan, un lugar encantador lleno de posibilidades de ocio, que contrasta con el aspecto del resto del país que veíamos a través de las ventanas de nuestro autobús: pobreza, infraestructuras deterioradas, tejados de chapa en las casas, etc.
Me acompañaban un par de amigos cuando visité por primera vez Flores y guardo un buen recuerdo de su ambiente de vacaciones y los baños en el lago, a pesar de que uno de mis amigos cogiera hongos allí (las aguas guatemaltecas están muy contaminadas).
También visitamos Tikal, un maravilloso lugar que los tucanes sobrevuelan todas las mañanas. Los "plátanos voladores", como los llamó nuestro guía, nos dieron su particular bienvenida. Aunque en esta región abundan los templos mayas, Tikal es el más conocido para los turistas. Espero tener la oportunidad de volver, descubrir otros sitios arqueológicos, como Naachtun, Yaxhá, Dos Pilas y Piedras negras, y hacer una ruta por la selva hasta El Mirador, antes de que se convierta en destino del turismo de masas. ¡Es mi lado Indiana Jones!