Desde hace algunos años, Hammerfest experimenta un rápido desarrollo, sobre todo gracias a la pesca, al turismo, y a la industria del petróleo y del gas, que cada vez es más influyente en la región. Esto es cierto hasta tal punto que algunos de los habitantes que conocí no dudaron en describir Hammerfest como la futura Dubái del Ártico.
Sin embargo, al visitar la ciudad, me gustó mucho el museo de la Real y Antigua Sociedad del Oso Polar e incluso me hice miembro de esta curiosa organización. También me di una vuelta por el museo de la reconstrucción, testimonio de la historia de la ciudad durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Fue muy enriquecedor.
Por último, también me gustó ir en ferry hasta la isla de Seiland, salirme de los típicos itinerarios turísticos y acercarme a los glaciares que se ubican más al norte del continente europeo.