Sumérgete en la historia de Portugal en Évora, en el interior de su fortaleza medieval, al asalto de sus pequeñas callejas medievales que se entrecruzan con un encanto irresistible. La ciudad posee un número impresionante de sitios históricos, así que te recomendaría al menos varios días para descubrir esta pequeña ciudad de apenas 60.000 habitantes.
Ya sea el templo romano del siglo III, las fortalezas del siglo XIV, la plaza principal del siglo XV, la iglesia de San Francisco y su capilla hecha con huesos humanos del siglo XVI, cada época histórica parece representada e increíblemente bien conservada en la ciudad de Évora.
Además, cuando llega la tarde, las pequeñas callejas del centro se animan y los numerosos bares y restaurantes se llenan con sus muchos estudiantes universitarios. Una etapa indispensable en un viaje por Portugal.
Cada vez que visito Évora, ¡me dejo sorprender por la riqueza histórica y arquitectural de esta ciudad! Esto es algo que no resulta tan corriente en Portugal: aquí se halla bien representada la Antigüedad romana. Sobre todo me impresionó el templo de Diana, construido en el siglo II o III, ¡con sus 14 columnas prácticamente intactas! También visité las termas romanas, iglesias, los muros que aún rodean la ciudad y el palacio de los duques de Cadaval.
Si te apasiona la historia, como es mi caso, no sabrás por dónde comenzar, ya que aquí hay muchos monumentos magníficos que ver. Ante todo, no te pierdas la catedral fortificada, construida entre los siglos XII y XIII, la mayor del país. Sobre todo me impresionaron sus altas torres, su pórtico tallado y su luminosa nave.
Continúa tu visita con la Capilla de los huesos, situada junto a la Iglesia de San Francisco, Praça 1 de Maio: ver aquellos huesos que recubren los muros de una pequeña estancia situada tras el altar... ¡me dio escalofríos!