Coimbra dispone de un equilibrio increíble entre importancia histórica y centro joven y dinámico lo que para mí la convierte en una de las ciudades más agradables y más imprescindibles de un viaje a Portugal. En todo caso y sin duda alguna, uno de los lugares que más me ha gustado, a lo largo de mis dos estancias en Portugal.
El centro de la ciudad, situado en la colina de Alcaçova, desvela las liosas callejuelas, donde cada esquina de calle parecen esconder iglesias, antiguos palacios o bibliotecas, a las que se llega por empinadas escaleras. El omnipresente color de los edificios añade encanto al lugar, al mismo título que los numerosos bares y cafeterías que albergan la población estudiantil más importante del lugar. En suma, ¡Coimbra es una ciudad plena de encanto que hay que visitar imperativamente!
La ciudad de Coimbra es un tesoro de historia, arquitectura y vida estudiantil. Me encantó, por supuesto, su magnífica universidad con sus recubrimientos de oro, molduras y frescos, que domina la colina. A este campus se añade su indescriptible biblioteca, uno de los lugares más impresionantes durante un viaje por Portugal. Sus estantes, que se elevan hasta los altos techos en interminables salas, fascinarán incluso a los más resistentes a la lectura. Nunca había tenido la oportunidad de ver una biblioteca tan grande. Uno se siente minúsculo al lado de estas montañas de cultura.
Después de las imprescindibles atracciones turísticas protegidas de la luz, pude disfrutar del sol de Coimbra en su gran jardín botánico y me paseé a lo largo del río con los estudiantes vestidos con sus trajes típicos, músicos y cantantes. Recuerdos inolvidables de belleza urbana y humana.