Pequeña ciudad al borde del mar Negro, la verdad es que Rize no tiene tan buena pinta de entrada. Aunque el mar no invita a bañarse, me gustaron sus locales y sus conciertos de música folcórica entre vasos de té y cachimbas. Mis compañeros locales eran futuros oficiales de la marina, que estaban deseando recorrer mundo para aprender más sobre él.
Tampoco olvidaré nunca el coche de recién casados perseguido por los niños porque «una pareja feliz debe ser generosa». Me adentré por sus pequeñas calles peatonales y, si te soy sincero, debo admitir que no hay gran cosa que ver o que hacer en Rize. Durante un viaje a Turquía, es sobre todo la gente la que le da encanto a las ciudades.
Rize se encuentra entre la ciudad de Trebisonda y Georgia, en la costa del mar Negro. En Rize, podemos elegir entre admirar el mar Negro o adentrarnos en la tierra para descubrir las montañas cubiertas con las plantaciones de té. De hecho, es una región productora de té muy importante en Turquía. Esto no resulta muy sorprendente si tenemos en cuenta que en este país el té, llamado «çai», se bebe a todas horas y en grandes cantidades.
Como es de esperar, esta región destaca por su geografía húmeda, verde y montañosa. Aparte de las plantaciones de té, la ciudad de Rize no tiene otros atractivos en particular. Si salimos de Rize en dirección Georgia podemos encontrar numerosas rutas de senderismo que atraviesan arroyos, cascadas y bosques. Recuerdo que aquí descubrí Turquía desde una nueva perspectiva. Tuve la oportunidad de ver su lado más agrícola y tradicional y pude contemplar a las mujeres que trabajaban los campos solas en plena montaña.