Stepanakert me interesó particularmente por su estatus de capital de la autoproclamada región de Nagorno-Karabaj y fui hasta allí interesada por el conflicto de independencia y por la situación de está provincia, cuya población no se considera de Azerbaiyán pero tampoco realmente armenia. Debo admitir que la ciudad, aunque ofrece algunas calles agradables con muchas cafeterías y restaurante, además de algunos parques, no tiene un interés turístico desmesurado con una arquitectura muy marcada por la influencia soviética.
De todos modos, su estatus de capital garantiza una atmósfera bastante animada para una ciudad de su tamaño (unos 50.000 habitantes), mientras que las huellas del conflicto todavía reciente han desaparecido a lo largo de las sucesivas reconstrucciones. La ciudad de Stepanakert es en cualquier caso una etapa obligatoria para cualquiera que visite la región del Alto Karabaj.