Debido a su historia, Birmania ocupa un lugar particular en el sudeste asiático. Los problemas sociales (como las discapacidades, su cuidado y su reconocimiento) no parecen ser una prioridad para el gobierno.
En la sociedad
Las personas con discapacidad forman parte del uno de los grupos más vulnerables de la población birmana. Falta de atenciones, ausencia de medios, mala integración en las comunidades y en el mundo laboral, aislamiento, problemas de sensibilización y de comprensión... La situación que viven los discapacitados en Birmania dista mucho de ser fácil tanto en las ciudades como en el campo.
Desplazarse
El transporte público en Birmania no tiene una infraestructura adaptada a los discapacitados, ya sea discapacidad física o mental. Si sufres una discapacidad, no podrás viajar en buenas condiciones en los trayectos largos, ya sea en los autobuses de la red de transportes de Yangoon (la capital) o en el resto de compañías nacionales. No existen rampas de acceso, plataformas elevadas, señales específicas ni personal cualificado. La mejor forma para disfrutar de un viaje por Birmania si se tiene una discapacidad es contratar los servicios de una empresa privada o de un organismo especializado con guías preparados (cosa que no abunda).
Igualmente, puede resultarte complicado circular por la ciudad, ya que las carreteras están en mal estado (por no decir horribles). Es frecuente encontrar agujeros en la calzada. Además, hay que esquivar a los vendedores ambulantes, las motos, los coches y los tuk tuk.
Lugares turísticos
Los lugares turísticos tienen una marcada carencia en cuanto a infraestructuras adaptadas a los discapacitados. No muchos hoteles, museos o templos son fácilmente accesibles. Por tanto, es aconsejable informarse bien y organizar con antelación tu viaje por Birmania. Aún así, muchos hoteles tienen ascensores y rampas e incluso habitaciones en la plata baja. No es difícil acceder a muchos emplazamientos culturales, espirituales y naturales y, por tanto, son accesibles para todo tipo de viajeros.
