Cómo permanecer impasible en un lugar extraordinario. Angkor no es la excepción a la regla y me supo cautivar, como sucedió con muchos otros visitantes. Una vez allí, es genial recorrer a pie las innumerables ruinas, jugar a los aventureros, entrar en un templo, subirse a las viejas piedras, tomarse una fotografía en las ruinas, como la del templo Ta Prohm y la enorme raíz de árbol que vuelve a ocupar su lugar sobre los restos.
Me quedé embelesado en Angkor Wat, icono y símbolo de la arquitectura jemer, que te encantará descubrir al alba, cuando sale el sol. Por supuesto habrá que poner un poco de imaginación y estar concentrados para ocultar a los miles de turistas que circulan por los alrededores, para poder sentir la fascinación del lugar. Bayon es otro de los templos que debes conocer, mientras que Beng Mealea, ubicado un poco más lejos y menos concurrido, te mostrará unos paisajes diferentes.
Aun sin demasiado asombro, guardo una impresión de grandiosidad del lugar, Angkor es sin duda el lugar que más recordaré de Camboya.