Después de recoger toda la información necesaria para la ruta, llenar la moto de combustible y comprar algunas provisionas en el mercado, salí de Sen Monorom para ver las cascadas de Bou Sraa. El inicio de la carretera está lleno de baches y el trayecto es bastante agotador. Después de un rato, la carretera deja sitio a un camino mucho más agradable que lleva a las cataratas.
Después de aparcar la moto, bajé por unas escaleras que conducían hasta las cascadas y me compré un poco de fruta para el camino. Ahora sí, aquí están las famosas cataratas Bou Sraa. El paisaje es magnífico, el primer salto de agua mide unos veinte metros y termina en una piscina natural en la que un pescador lanzaba su red.
Si nos volvemos, veremos la segunda parte de la cascada que cae más abajo, desde donde estamos, se ve el inmenso bosque que continúa hasta el horizonte. No muchos lo hacen, pero se puede descender a pie la segunda caída. Cuando te encuentras frente a la primera, busca un caminito a tu izquierda que te lleva frente a una gran escalera de madera (no muy confiable, pero aguanta) que te conducirá un poco más abajo. Has llegado. Un lugar que no puedes perderte en tu viaje por Camboya.