Si bien Siem Reap y los templos de Angkor son lugares imprescindibles en todo viaje por Camboya, hay que tomar algunas decisiones en cuanto a qué templos iremos a visitar. Banteay Samre entra dentro de mi lista de "lugares que ver". Y no me arrepentí para nada.
Me quedé fascinado automáticamente por su ambiente rústico, el templo está rodeado por un pequeño campo de arroz y se encuentra cerca de un pueblecito. Está un poco más lejos de los demás pero tiene un encanto indiscutible. Durante mi visita, me crucé con unos pocos turistas, las ¾ partes eran franceses...Banteay Samre data del siglo XII, y como muchos otros ha sido bellamente restaurado. Cuenta con la particularidad de estar rodeado por una auténtica muralla, una fortificación de 6 metros de altura que aisla al templo del exterior.
Justo a las afueras, transcurría una pequeña fiesta de camboyanos que rodeaban a unas ancianas, con mucha comida y músicos tocando. Mientras tanto los niños jugaban tranquilamente por las ruinas y las escaleras del templo. Al final resultó ser uno de mis templos favoritos de Angkor, y no fui yo el único que lo pensó.