La provincia de Mondolkiri es uno de mis lugares favoritos de Camboya, yo que vengo de una región montañosa, fue una alegría reencontrarse al fin con las montañas, en un país esencialmente llano, (¿podría llamarse a Camboya la Bélgica de Asia?). Es aquí también donde entré por primera vez a la selva camboyana. De hecho, a pesar de la terrible deforestación, Mondolkiri todavía sigue siendo el hogar de los inmensos bosques de los que surgen monumentales caidas de agua, uno de los principales atractivos de la región.
Para quienes les gusten las caminatas, la zona ofrece buenas oportunidades para hacer recorridos por la selva entre los pueblos de las diferentes etnias que habitan la región. Si te sientes demasiado cansado para caminar, también puedes conocer los alrededores en elefante...
Cuando vine a la región en mi primer Viaje a Camboya, Mondulkiri ya había comenzado su triste transformación. Hace tan sólo unos cuantos años Mondulkiri era una provincia auténtica cubierta de bosques. Belleza salvaje de la naturaleza en todo su esplendor.
Lamentablemente, en lugar de conservar su innegable atractivo, Mondulkiri ha dado un triste giro. La deforestación avanza a un ritmo exponencial. ¡Qué desperdicio! Al querer ceder a la tentación del turismo de masas, Mondulkiri ha perdido todo su encanto.
En cuanto a la excursión en elefante, aunque sigue siendo un recuerdo memorable, viví una experiencia casi única. Cuando el mahout me dejó en el sitio y se fue para guiar al elefante, conseguí un poco más de confianza y me sentí más cómodo. Es un verdadero orgullo poder "conducir" un animal como ese. En un momento determinado sentí un sobresalto, y a penas tuve tiempo para agarrar la cuerda de alrededor del cuello del elefante, que comenzó a correr a gran velocidad sin que nadie pudiese pararle. Terminó su alocada carrera ocultándose en el bosque, conmigo todavía a sus espaldas. Todo terminó bien, y la historia hizo reir a todo el pueblo a mi regreso.