Phnom Bakeng es un enorme templo ubicado cerca de Angkor Wat, enclavado en lo alto de un phnom – una colina- al que se accede a través de un caminito. El templo es conocido por sus vistas sobre la región de Angkor, y es especialmente concurrido durante las puestas de sol, un poco demasiado para mi gusto... Si bien las vistas son realmente hermosas, el templo tampoco tiene nada que envidiar.
El templo está construido en forma de pirámide de varios niveles, a los que se puede acceder por unas escaleras de escalones empinados y a veces resbaladizos. Hoy en día quedan las bellas esculturas y algunas de las 109 torres con las que contaba el edificio originalmente. Un templo que no puedes perderte en tu viaje por Camboya. Para los que no les queden fuerzas para subir a pie, puedes intentar subir a lomos de un elefante, que encontrarás en la falda de la colina.
Era la segunda vez que venía a Phnom Bakheng. Esta vez no acudí para ver el atardecer, sino que lo hice en pleno día. Había poca gente, tal y como a mí me gusta. La ascensión al templo se hace a través de un camino limitado por árboles, a lo largo del cual se cruza la antigua escalera monumental que antes permitía escalar la pequeña colina, hoy cortada por la falta de cuidados, lo cual es una pena (¡aunque la subida debe resultar difícil, puesto que hay un montón de escalones!)
Al llegar a la cima, pude volver a descubrir este templo a plena luz del día; fue entonces cuando me di cuenta de que Phnom Bakheng está en proceso de restauración. El calor aplastante me instó a ponerme a la sombra durante un rato: aproveché entonces para admirar el paisaje y la vista sobre las llanuras que rodean la colina. Pude ver, a lo lejos, el templo de Angkor Wat. Aunque su arquitectura no es muy impresionante, tengo la impresión de que perderse la visita a este templo sería como realizar un viaje a Camboya sin ver Angkow Wat: algo impensable.