Llego muy temprano a La Serena en un autobús nocturno procedente de Valparaíso. Para una vez que no se retrasa el autobús, llego incluso demasiado pronto a la estación donde iba a "vagabundear" hasta que abrieran las ventanillas de la empresa de transportes. La Serena tiene pinta de ser una ciudad bonita (según mi guía), pero he decidido venir aquí porque parece un buen punto central para recorrer los alrededores. Mi idea es ver si puedo hacer en un solo día la excursión a la reserva nacional de Humboldt y visitar la ciudad antes de ir al valle de Elqui.
Después de informarme bien, encuentro un medio para llegar hasta la reserva, en la que voy a pasar toda la mañana. Cuando vuelva a La Serena, a principios de la tarde, visitaré la ciudad. No es muy grande, así que es agradable pasear por ella. Como ocurre en todas las ciudades chilenas, hay una «Plaza de armas» con una catedral. Sin embargo, al contrario de lo que ocurre en los países vecinos de Bolivia o Perú, las antiguas casas coloniales no abundan en Chile, por eso estoy muy contenta de poder admirar los preciosos edificios bien conservados (la mayoría de los cuales alberga actualmente museos).
Termino mi ruta por la ciudad visitando el mercado, donde se pueden encontrar artesanías y especialidades culinarias de la región, como la mermelada de leche de almendras. Por desgracia, no le puedo dedicar mucho tiempo a la ciudad. ¡Me espera el valle de Elqui!
Lo que más me gustó de La Serena fue su gastronomía. Y es que, aparte de la cantidad de restaurantes que tiene, hay un mercado, La Recova, donde puede comprarse fruta exótica a buen precio.
Además, La Serena cuenta con numerosas playas magníficas. La que más me gusta es la de Cuatro Esquinas. Cuando llega la noche, la Avenida del Mar se transforma en una discoteca gigante; todos los bares y clubes nocturnos se encuentran en los alrededores.
Un lugar que me gustó especialmente fue el parque japonés de La Serena; inspira una gran paz interior y contrasta con el ambiente de la ciudad, que es bastante turística.
Por su pasado histórico, la ciudad posee una arquitectura colonial bastante bonita, que hace que merezca la pena el rodeo para visitarla duranteun viaje en Chile.