Especialmente verde y frondoso debido a las fuertes precipitaciones que conoce la isla de Chiloé, el Parque Nacional Chiloé alberga numerosas plantas endémicas, así como una fauna típica de la región de los lagos.
Amantes del «trekking» y de la naturaleza, ¡esta excursión es para vosotros! Esta zona verde de casi 43.000 hectáreas rodea la cordillera de Piuchén, al borde del océano Pacífico, y se divide en dos partes: Chenu, en el norte, y Abtao, en el sur.
El paisaje del Parque Nacional Chiloé se compone de lagunas, playas y dunas cubiertas de una vegetación muy abundante. Los afortunados (de los que formo parte) podrán quizás observar la fauna local: el monito del monte, el zorro de Darwin, el pudú… ¿Mi favorito? La isla Metalqui y sus colonias de leones de mar. Esta excursión es obligada si desembarcas en la isla de Chiloé.