Providencia (Colombia)

Es la tarjeta postal por excelencia. Playas desiertas de arena blanca, una naturaleza exuberante, agradables paseos... Todo está hecho para cautivar al visitante en la calma y la tranquilidad de la isla de Providencia.

Me alquilé una escúter para recorrer las carreteras de la isla. Fui a ver la Cabeza de Morgan, me subí a la estatua de la virgen y me dirigí hasta The Peak (El Pico), que domina la isla y ofrece unas vistas inolvidables. También recorrí sus rutas de senderismo y crucé el puente de los enamorados hasta llegar hasta Santa Catalina. Fui a Agua Dulce y paré cerca de un bonito barco acondicionado para los niños. A su alrededor hay peces, un cangrejo y una iguana dibujados en relieve y recubiertos de mosaicos. Detrás, hay una torre, símbolo del faro que vela por los navegantes. Es un sitio con mucho encanto.

Con aletas, máscara y tubo de buceo, descubrí unos fondos submarinos espléndidos, y vi un montón de peces multicolores, tortugas, rayas, e incluso algún que otro delfín.

Por la tarde contemplé la puesta de sol sobre Providencia mientras me tomaba un cóctel en uno de los muchos bares que hay a lo largo de la orilla.