Sierra Nevada es una inmensa cordillera montañosa recubierta por la húmeda selva tropical. Tiene un tamaño de casi 17.000 km² y está ubicada al norte de Colombia, en la Cordillera de los Andes, cerca del mar Caribe. Desde la ciudad de Santa Marta se pueden distinguir los picos Simón Bolívar y Cristóbal Colón que parecen perforar la espesa niebla de los bosques tropicales que cubren la zona.
Tuve la oportunidad de recorrer este macizo al visitar la Ciudad Perdida así como el magnífico Parque Nacional Natural de Tayrona, en el Caribe. Es una zona montañosa muy famosa por su increíble biodiversidad. Por el camino te vas encontrando monos, papagayos y otros pájaros de múltiples colores, así como una gran variedad de plantas endémicas. Sin hablar de las comunidades indígenas que habitan la zona.
Sierra Nevada es un entorno ideal para hacer excursiones así como para bañarse, en especial aprovechando la presencia de los ríos Cesar y Ranchería y las numerosas cascadas. También se pueden encontrar plantaciones de café que puedes visitar. Sólo un pequeño inconveniente de este lugar excepcional: los mosquitos y la humedad. Así que tendrás que tomar precauciones antes de aventurarte en este entorno mágico.
Ten en cuenta que se pueden hacer excursiones de un sólo día, aunque nosotros nos decantamos por una estancia de una semana.
Para empezar, salimos de la ciudad de El Cocuy embarcándonos con el lechero de la zona. Él nos dejó a tres horas de caminata del primer albergue, donde se aconseja hacer una parada para aclimatarse a la altitud (3.500 m). Tras una tarde para caminar por los impresionantes lagos, nos subimos a las zonas de los campamentos de altura (unos 4.600 m). A continuación pasamos tres días aislados del mundo, en donde la naturaleza salvaje era nuestra única compañía.
Los escenarios lunares de las cumbres y sus lagos azules inverosímiles, sobresalían entre los asombrosos valles y la escasa vegetación.
No vamos a mentir, al partir en la estación fría (mayo, junio), fue bastante duro. Si bien las temperaturas son más suaves de diciembre a febrero, eso no impide que los caminos no están siempre, y que las indicaciones nunca estén cuando se las necesita. Nos faltaba más equipamento para luchar contra el frío, pero podemos garantizar sin duda alguna que el esfuerzo valió la pena, y que Sierra Nevada sigue siendo uno de nuestros mejores recuerdos de nuestro viaje por Colombia.