En esta ciudad costera resuena su pasado de esclavitud y piratería pasado. Cuenta con la que fue la plaza más grande del mercado de esclavos, con antiguas casas burguesas y con la fortaleza de Cartagena, la más intacta de América del Sur.
A pesar de su atmósfera inusual y surrealista, esta ciudad no me acabó de convencer. El contraste entre una Cartagena "de escaparate" para atraer a los turistas y una periferia (Filo Cartagena) pobre, descuidada por el gobierno me hizo sentir incómodo. Además, el turismo de masas que se ha desarrollado ha traído consigo la contaminación de las playas, cámaras de videovigilancia en todas partes y nuevas reglas comerciales impuestas. Por tanto, recomiendo que pases por ahí porque la ciudad es bonita, pero no te aconsejo quedarte mucho.