El castillo de Trakoscan, situado en el corazón de un bosque frondoso, se alza por entre las copas de los árboles con la mayor de las discreciones. Yo lo vi desde lejos cuando estaba llegando en coche, pero al entrar en el aparcamiento lo perdí de vista. Finalmente, tras subir el tramo que hay que hacer a pie para llegar a la entrada, este volvió a aparecerse ante mí.
Aunque la visita a las estancias del castillo de Trakoscan es interesante y ofrece un acercamiento a la historia de la región y de sus dueños, lo que más me gustó de todo fueron las vistas de los alrededores y la propia arquitectura del castillo. Desde el exterior, sus muros resplandecientes de color blanco y su tejado de tejas rojas contrastan con el verde oscuro de los árboles que lo rodean.
Por último, algunos pueblos gozan de cierta reputación debido a sus fuentes de agua caliente y a sus spas. Además, Krapina cuenta con un museo muy interesante dedicado a la vida del hombre neandertal. No dudes en ir a echarle un vistazo cuando estés de viaje por Croacia.
Si vas de viaje por Croacia, no es necesario que pases por Trakošćan. Aunque no se puede hablar de Trakošćan sin mencionar su castillo. Además, para mí. se trata del único lugar de la ciudad que supone un cierto interés. El castillo domina el valle que lo rodea y esto no es una casualidad, ya que lo construyeron justamente para mantener vigilados los alrededores.
Su estilo «neogótico» no me gustó mucho. Estaba demasiado retocado para mi gusto. A mi parecer, era más bien de un estilo «rococó», del cual no soy muy fan... Sin embargo, no pude sino alabar todo el esfuerzo que se llevó a cabo para conseguir que el castillo tenga este aspecto tan majestuoso.
Me encantó poder pasear por los senderos de los alrededores del castillo. Si dicen que ir al castillo es algo que no te puedes perder, yo digo lo mismo de los senderos de este.