Gran parte de mis mejores recuerdos de Croacia se los debo a Vis. La isla parece un paraíso apartado del resto del mundo. Esta isla, la más alejada del continente, es un lugar ideal para descansar y recuperarse en un entorno de ensueño. Está sorprendentemente infravalorada, cuenta con una infraestructura muy poco desarrollada y los turistas no suelen frecuentarla. Probablemente sea por eso por lo que actualmente sigue conservando su encanto.
La isla de Vis cuenta con dos ciudades principales: su homónima Vis, a la que llegan los ferrys del continente y que cuenta con un puerto de alta categoría que alberga unas ruinas romanas; y al otro lado de la isla, accesible tras un impresionante trayecto en autobús, se encuentra la adorable y pequeña ciudad de Komiza, muy íntima aunque a su vez animada, en la que te recomiendo que te alojes. Su puerto cuenta con decenas de buenos restaurantes de pescado fresco y su ambiente, generalmente distendido, contrasta con el del resto de la costa, donde el servicio no siempre es tan amable y eficiente.
En mi opinión, Vis supone sin duda alguna una cita obligada en Croacia. Para disfrutarla al máximo, debes visitarla antes de que lleguen los grupos de turistas.