Al igual que Vis, Lastovo tuvo el acceso prohibido a los viajeros extranjeros hasta 1989, debido a su papel como base militar apartada del continente. Algo que todavía se siente en la actualidad, ya que Lestovo sigue siendo una isla tremendamente secreta, fuera de las rutas establecidas. En este paraíso de turistas, mochileros y buceadores, pasé una semana increíble en un ambiente de total tranquilidad y aislamiento, que nunca sentí en ninguna otra isla croata.
El pueblo de Lastovo es, definitivamente, un lugar para quedarse, con su vertiginoso laberinto de calles medievales que se aferran a las laderas de la colina, dando la impresión de que la ciudad se extiende como una vid a lo largo del acantilado. Un destino poco conocido para incluir, sin falta, en un recorrido por Croacia.