Visité Buzet durante el mes de septiembre, cuando se celebra su famoso festival de la trufa, que abre la temporada de este producto tan raro y delicado, considerado todo un manjar por los gourmets.
Si me esperaba un festival de gran escala, lo que me encontré fueron unos pocos puestos colocados bajo una carpa, pero eso no me impidió disfrutar plenamente de este tesoro local. En Buzet, todos los restaurantes incluyenla trufa en sus menús, pero yo, personalmente, tengo debilidad por la pasta fresca con trufas, ¡un lujo! La localidad es muy agradable y pintoresca, y abundan las casas de campo en las que hospedarse, si te apetece prolongar tu estancia en esta región croata.
Su entorno es verde y montañoso, con bosques rodeando su sinuosa carretera. Además de Buzet, hay otras dos poblaciones que también se dedican al cultivo de las trufas, Livade y Motovun, que también recomiendo visitar.