Estaba pasando un mes de vacaciones en Zagreb cuando decidí ir a visitar Samobor. Me lo aconsejaron unos amigos croatas y la verdad es que no me arrepiento para nada de haber ido. Samobor está muy cerca si te desplazas en coche, así que puedes pasar ahí algunas horas antes de poner rumbo a la capital.
El pueblo de Samobor no es muy grande, por lo que en unas horas habrás visto todo. Hay un río que atraviesa el lugar y si paseas a orillas de este, podrás ver todo el pueblo. Las callejuelas acaban en un parque que está fuera del pueblo y que te conducirá a los pies de una fortificación en ruinas. Sin duda un gran objetivo para marcarse.
Cuando volví al centro, tenía mucha hambre. En el pueblo hay unos cuantos restaurantes que ponen platos grandes y que encima no son caros. Eso sí, deja un huequecito para probar el famoso pastel de café Slasticarnica u prolazu.