Aunque hoy está deshabitada, Delos tuvo una gran importancia religiosa y comercial en la antigua Grecia. Se llega a Delos por el mismo camino que utilizaban los peregrinos de la época. Los restos, junto con la ubicación remota de la isla, me permitieron conectar de inmediato con el pasado, y esto es quizá lo que le da a Delos su carácter especial.
Tuve ocasión de ver las ruinas de cuatro templos dedicados a Apolo, que demuestran el fervor de los antiguos griegos hacia el dios. También vi restos de templos dedicados a dioses extranjeros, construidos en la época para los comerciantes que estaban de paso. La Terraza de los Leones, que protegen el sitio, me gustó especialmente. El distrito de los teatros nos permite ver varios mosaicos de las épocas griega y romana que habían adornado el suelo de las casas. Descubrir Grecia aquí es todo un viaje en el tiempo.