Disfruté mucho caminando a lo largo del lago Currane mientras admiraba el paisaje. Los alrededores de Waterville están salpicados de campos o de montañas de turba desecada y de caballos que se acercan a los turistas con la esperanza obtener algún un trozo de pan.
El lago es también un lugar de pesca para los habitantes de la ciudad y a mí me resultaba muy agradable conversar con ellos y descubrir el botín que habían logrado en el día. Durante el paseo por el lago, no es raro ver cestas de bogavantes en los jardines de las casas, recordando así que por la noche llegará el momento de disfrutarlos.
Durante mi estancia en esta región de Irlanda, también disfrutaba caminando por la costa, llena de cruces celtas, ¡un paisaje muy irlandés!
No logramos ver Waterville, que tiene un nombre de lo más acertado, de otro modo que no fuera bajo la lluvia.
Sin embargo, esta pequeña localidad, en cuya playa dormimos con total tranquilidad durante nuestra estancia en Irlanda, nos sedujo por su lado hospitalario y los recuerdos de Charlot, que solía visitarla en los años 60.
A través de las numerosas fotos de la colección "Nostalgia Chaplin", descubrimos una de las muchas facetas de Charlot y pudimos ver a su familia. Aquí, el clima es muy suave y, a pesar de la lluvia, paseamos por la playa, solamente lamentando que el tiempo no nos permitiera bañarnos.