Sin duda alguna, el Monte Fuji es para mí uno de los recuerdos más inolvidables de mi estancia en Japón. No es solamente por haber descubierto esta montaña con forma perfecta, fotografiada vez tras vez, sino por haber podido acercarme a él... e incluso subirlo. Esta es una de las mejores experiencias que te dejará unos recuerdos mágicos de un viaje a Japón. Se trata de un ascenso de varias horas que comienza al fin del día, con el objetivo de alcanzar en 7-8 horas la cumbre del monte Fuji, y observar la salida del sol con unas impresionantes vistas de 360º.
No hace falta ir con guía, el ascenso puede realizarlo cualquier persona en buena condición física, lo que más hace falta es estar muy motivado. Aviso a los futuros viajeros que se informen bien sobre el tiempo del recorrido que necesitarán hasta llegar a la cima, ya que salir demasiado temprano en la noche hará que llegues 1 ó 2 horas antes de la puesta de sol, y créeme, quedarse parado a 3.776 es bastante duro. Salir demasiado tarde hará que te pierdas la salida del sol. También está la posibilidad de quedarse a dormir en refugios por el camino.
Por último, como información, ten en cuenta que "Fujiyama" es una designación errónea de origen occidental, si quieres que te entiendan los japoneses, utiliza el nombre real de "Fujisan".
El monte Fuji es un emblema de Japón y, en cualquier caso, recuerda el carácter más fogoso del suelo nipón, aunque no haya entrado en erupción desde hace 300 años. Sólo es posible escalar el volcán en verano y es una prueba física que no hay que minimizar. Desde su declaración, en junio de 2013, como patrimonio mundial de la UNESCO, el número de alpinistas amateurs que se aventuran a hacerlo ha aumentado considerablemente y los accidentes son frecuentes, lo que inquieta a las autoridades locales.
Si planificas una excursión deportiva, lo más fácil es llegar la víspera de la ascensión. El monte Fuji sólo es practicable en verano y se escala de noche, a la luz de linternas frontales, con el fin de admirar en su cima (para los que de verdad llegan) un amanecer inolvidable.
Sin embargo, para mí, fue más interesante contemplar el monte Fuji nevado, desde el monte Kintoki por ejemplo, que querer ir a su cima. ¡Probablemente percibir su imponente silueta era, para mí, tan intenso como para un japonés descubrir la Puerta de Alcalá!
El monte Fuji es un gran clásico de un viaje a Japón, de fácil acceso desde Tokio. La ascensión del monte Fuji sólo está abierta en julio y agosto, el resto del tiempo hay mucha nieve y es peligroso. Tradicionalmente, se hace de noche para poder asistir al amanecer desde la cima. El camino más frecuentado sale de la estación 5, y subirás durante unas 5 horas, saliendo al fin de la tarde o principio de la noche. No olvides comprobar el tiempo antes de salir, si te cruzas con guías que se dan la vuelta, síguelos. Cuando subi al monte Fuji, salí con tiempo claro, pero una hora antes de la llegada, el tiempo comenzó a estropearse, empezó a llover y había niebla. Por lo que no puede ver nada del amanecer, y descender durante 4 horas hasta la estación de autobús bajo la lluvia no es nada agradable. Lamento no haber escuchado a los guías...
También puedes comenzar la ascensión desde la estación 1, es el camino de peregrinación que empieza en el bosque y que dura 8 horas. Cualquiera que sea la vía elegida, encontrarás muchos refugios donde podrás dormir durante algunas horas o comer algo. Sin embargo debes saber que cuanto más te acercas a la cima, más altas son las tarifas.