Una jornada a caballo con guía no resulta demasiado caro en la región, que cuenta con unos paisajes impresionantes. Lo mejor al final del día, tu guía seguramente te invitará a probar algunas especialidades locales con su familia.
Hice el recorrido a principios de octure, y disfruté de los paisajes con colores anaranjados del otoño, salpicados de nieve que anunciaba el comienzo del invierno. Un recuerdo increíble, y sobre todo sin tener que ser un profesional de la equitación, pues era mi segunda vez a caballo.
Me encantó Karakol porque esta ciudad te permite acceder a numerosos recorridos. En especial la caminata de Ak-Suu (a 20 minutos de Karakol en autobús público) hasta Altyn Arushan. Calcula dos días de excursión en un entorno montañoso espectacular. Pasá la noche en un pequeño refugio que tenía sus propias aguas termales. Un verdadero placer meterse en el agua caliente tras una jornada caminando por las montañas nevadas.
El ambiente de Karakol es bastante particular, lugar de partida para numerosas excursiones, nos cruzamos con varios turistas aventureros que salían o regresaban de una excursión de varios días por las montañas de los alrededores. En el lugar podrás encontrar alquiler de material de senderismo, además de cartuchos de gas y un mapa de la región (en general bastante difícil, sino imposible de encontrar).
Yo hice la caminata más famosa que va del valle de Jeti-Öghus al de Altyn Arachan (6 días). Nos encontramos con bastantes turistas, pero el entorno es fantástico, sobre todo el lago Ala-Kol, y disfruté de algunos bonitos encuentros con los pastores que crían caballos, cabras y vacas. En definitiva, es un poco como Suiza pero con yurtas, montones de caballos y con queso sin agujeros.
Si tienes tiempo, te recomiendo dar una vuelta rápida por el bazar, allí se están los mejores Laghman, así como productos tradicionales kirguís (no esperes nada maravilloso, pero es sencillo, eficaz y mejor comida que la que he podido probar en el resto de Asia central).