Pequeña isla conectada a la península por un puente, Penang es una etapa imprescindible en todo viaje por Malasia, un lugar que hará las delicias de los viajeros. Si bien es accesible en tren, autobús y coche, la llegada en avión ofrece unas vistas espectaculares de la isla y sus alrededores.
La isla es pequeña y se puede explorar fácilmente en coche o en transportes públicos. Las playas de Batu Ferringhi, así como su mercado nocturno, ofrecen un maravilloso espectáculo de la vida malaya, y conforman el entorno ideal para realizar una escapada romántica. A poca distancia de allí se encuentra Georgetown, la capital. El casco antiguo y las casas coloniales de hermosos colores que bordean las calles invitan a pasear. Salí a explorar los numerosos murales diseminados por la ciudad, una buena forma de descubrirlos mientras nos divertimos.
Por último, todo viaje a Penang no estaría completo sin pasar por la mesa. Malasia cuenta con numerosas influencias, y eso se percibe hasta en su gastronomía. Los diversos puestos callejeros ofrecen platos chinos con toques indios y curry tailandés con salsa malaya. Un regalo para el paladar. En Georgetown no te pierdas el famoso Cendol, ese postre típico hecho a base de hielo triturado, alubias rojas y azúcar moreno, que te asegura algunas sorpresas. El mejor se encuentra en la carretera de Penang: no te puedes perder el puesto delante del que parece haberse instalado una fila que espera permanentemente.
Durante un recorrido por Malasia, pasé varios días en la isla de Penang. La ciudad principal, George Town, propone numerosas visitas culturales como la del templo de Kek Lok Si o la mezquita de Jalan Kapitan, pero también ofrece descubrir la gastronomía en el barrio de Little India o Chinatown.
También hay playas en Penang (Batu Ferringhi o Teluk Bahang) pero no me parecieron que fuesen las más bonitas de Malasia. Las actividades industriales comienzan a invadir la naturaleza, haciendo que el agua se torne bastante oscura y sucia. Qué lastima. Me gustaron más las islas de Perhentian o la isla de Pangkor.
Por supuesto, al venir a Penang no puedes olvidar visitar Georgetown, mi ciudad favorita de Malasia. Es uno de los mejores legados de la arquitectura colonial del sudeste asiático, y su casco antiguo está declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. También te recomiendo visitar el templo Kek Lok Si, uno de los más grandes del sudeste asiático, y símbolo del país.
El resto de la isla de Penang no es muy visitado, al menos por los turistas europeos, pero esconde algunas buenas sorpresas, como las numerosas playas poco frecuentadas o los múltiples pueblos de pescadores. Hay también varias iniciativas de ecoturismo en la isla que permiten quedarte en casas de habitantes participando de la vida local. Penang es la garantía de un viaje poco convencional.