Tuve la suerte de pasar varios días en el parque nacional de Etosha, primero con un guía, a bordo de un impresionante 4x4, que nos guió a través del parque para permitirnos ver el mayor número posible de animales salvajes. Misión cumplida especialmente con la observación de un grupo de leones.
Después de esta primera exploración, volví al parque nacional de Etosha en mi pequeño coche de alquiler, sola, para recorrer las carreteras de tierra del parque. Verdaderamente, no vi tanto como con el guía pero el sentimiento de "descubrir" por mí misma los animales ¡me deslumbró! En todo caso, es fácil ver animales y su número en el parque es sorprendente. Finalmente, pequeño truco, es mejor visitar el parque durante la estación seca que en invierno porque es en ella cuando los animales se acercan a los pozos de agua donde los podemos admirar más fácilmente.
Etosha significa « gran lugar blanco de agua seca », que viene de Etosha Pan, un enorme desierto salino de más de 5.000 km2 al norte de Namibia. Se puede acceder al Parque de Etosha por 3 puertas de entrada diferentes: la del Namutoni al este, la de Okaukuejo al sur, y la de Halali al oeste.
Tras pasar unas cuantas horas en la carretera desde Windhoek, llego a Okaukuejo para pasar las primeras horas en el parque e ir a conocer los animales de la sabana. El reglamento del parque es estricto: ninguna persona debe descender de su vehículo, y quienes no pasen la noche en el campamento del parque deben abandonar el parque antes de que anochezca.
Etosha se puede visitar todo el año, pero son mejores los meses de invierno ya que en la estación seca un buen número de animales se encuentra buscando puntos de agua, y es más fácil poder divisar la fauna. Sin embargo, el verano es para mí un período muy interesante también, ya que las llanuras se llenan de agua durante la estación lluviosa; así la sabana se torna más verde y hay más posibilidades de ver más aves.
Etosha es elpaís de la maravillas para los amantes de la fauna salvaje, a condición de armarse de mucha paciencia. Me gustó mucho descubrir en el recodo de una curva a dos leones que descansaban al sol o incluso tener la posibilidad de observar rinocerontes blancos, en vías de extinción. Un sentimiento de aventura y de sorpresa permanente que no he encontrado en ningún otro sitio.
Aquí, los animales son los reyes y casi ignoran nuestra presencia, son ellos los que están en el zoo y los que nos observan encerrados en nuestros vehículos (por la ganas opresoras de volver a pasar en algunas horas...). Es una experiencia atípica que mezcla adrenalina y curiosidad y que, personalmente, me encantó y que satisfará a los aventureros.
Te aconsejo pasar3 días en Etosha y adaptarte al ritmo de los animales: por la mañana temprano o por la noche, tendrás muchas más oportunidades de observarlos "en acción". Infórmate también sobre algunas medidas básicas de seguridad si, por ejemplo, te encuentras cara a cara con una manada de elefantes (¡experiencia vivida...!).