En la ciudad
La posibilidad de visitar las ciudades a pie durante tu viaje por Nueva Zelanda debe ser estudiada. Vista la extensión de algunas grandes ciudades, como por ejemplo Auckland, Christchurch, Dunedin o Wellington, esta solución puede revelarse menos práctica pero siempre agradable si te gusta caminar y dispones de suficiente tiempo para hacerlo.
De otro modo, podrás también desplazarte en bicicleta para perder menos tiempo y mantener la libertad y la ventaja económica.
Estas grandes ciudades cuentan también con un buen servicio de transporte público en autobuses. Esa es una de las soluciones más prácticas.
Un poco menos económico, toma un taxi. Todos ellos poseen contadores y las tarifas son un poco menos elevadas que en España.
Para los que tienen prisa pero quieren conservar su completa libertad, no hay nada mejor que alquilar tu propio vehículo. En ese caso, atención para no sobrepasar el tiempo autorizado por los parquímetros y respetar siempre el código de circulación. La policía vigila incluso en el centro de la ciudad y es intratable.
Entre dos ciudades
Si eres deportista, tienes una buena condición física y, sobre todo, mucho tiempo, podrás optar por la bicicleta. Piénsalo bien antes de subirte al sillín, Nueva Zelanda no es Holanda, los paisajes no son llanos.
El medio de transporte más popular para desplazarse en Nueva Zelanda es el autobús. Los vehículos son con frecuencia muy cómodos pero es necesario reservar el billete con anticipación para algunos destinos y para ciertos períodos del año.
El alquiler de un coche o de una caravana es menos económico pero te ofrece una libertad sin igual.
El tren no presta servicio más que a algunas ciudades y solo interesará a los apasionados del género. El barco solo es interesante para la travesía entre la isla del Norte y la del Sur.
Para los que no quieren perder tiempo en los transportes, optarán por la vía aérea. El avión no es el medio de transporte más económico pero no hay nada mejor si no dispones de suficiente tiempo.
