Descubre un Perú más auténtico y único a través de un turismo centrado en la comunidad local, donde las culturas del lugar florecen y los saberes ancestrales se mantienen vivos. En el corazón de los Andes, tres comunidades indígenas te invitan a salir de los circuitos turísticos tradicionales y a conectar con los paisajes, las personas y las costumbres que definen una verdadera manera de viajar responsable por Perú.
En Urpis de Antaquillka, una cooperativa dirigida por mujeres en Chinchero, conocerás a tejedoras y narradoras veteranas que preservan un arte textil milenario. Disfruta de la comida tradicional pachamanca y descubre cómo los telares, los relatos orales y las llamas siguen formando parte activa de la vida cotidiana en las zonas rurales.
En el Parque de la Papa, cuatro comunidades indígenas cultivan más de 1.300 variedades nativas de patatas. Al hacer un tour a pie por el parque, talleres de tejido y visitas agrícolas, aprenderás sobre uno de los proyectos de turismo sostenible y biodiversidad más inspiradores de los Andes.
Con la asociación de turismo comunitario Ch’aska Qhawareq, en Misminay, cerca del yacimiento arqueológico de Moray, vivirás una experiencia integral: alojamiento en casas locales, clases de cocina, actividades agrícolas y senderismo con vistas espectaculares. Diez familias abren las puertas de su hogar para compartir su cultura y el modo de vida en su propia tierra. El turismo aquí es una fuente de ingresos secundaria, y al hacer turismo ahí contribuyes a su desarrollo local.
Elige viajar con propósito, respetando las raíces y apoyando a quienes protegen el legado cultural de Perú. Elige experiencias comunitarias que transforman.