La ciudad de Oporto merece 2 días de visita. El principal motivo es su atmósfera, que hará que te sientas estupendamente. Las viejas callejuelas, los colores y el ambiente de la ciudad hacen que el tiempo no tenga más importancia.
Además de todo ello, hay lugares que merece la pena visitar, como por ejemplo la Torre de los Clérigos, en la plaza de la Libertad. Se puede subir a pie hasta lo más alto del campanario y admirar la vista sobre la ciudad y sus techos de tejas rojas. También podrás descubrir la estación de Porto-São Bento y admirar los famosos azulejos portugueses de su interior, que representan episodios de la historia del país.
Por último, también es posible cruzar a pie el Puente Luis I o Ponte Luís I, por donde pasa el metro de la ciudad. Este puente ofrece una vista única sobre la ciudad y el río Duero, pero también permite conectar con Vila Nova de Gaia. Esta parte de la ciudad supone el lugar soñado para probar el famoso vino de la región Oporto fue uno de mis lugares favoritos durante mi visita a Portugal.
Situada a orillas del río Duero, Oporto se eleva sobre los dos escarpados márgenes del río en una enrejado de pequeñas calles y callejuelas inclinadas que han sabido conservar todo su encanto. De frente creerías que es un cuadro impresionista, con sus coloridas casas que escalan la colina dominada por iglesias y edificios oficiales. Sin embargo pasear al pasear por allí te preguntarás por una cierta autenticidad, dirían algunos, o suciedad, dirían otros, de una ciudad cuya atmósfera deslucida y deteriorada la hace, en mi opinión, especialmente encantadora.
También me gustaron especialmente sus puentes que franquean el Duero y conectan de manera magnífica las dos orillas del río. Por la noche, las orillas del río se animan y las terrazas de las cafeterías se llenan con numerosos clientes en una ambiente relajado y campechano. Sin duda alguna, Oporto es un destino imprescindible de todo viaje a Portugal.
Conocía Porto por su gran equipo de fútbol. Esta ciudad puede parecer mucho menos atractiva que Lisboa pero sería reducir demasiado decir que Porto solo es una ciudad de fútbol porque es bien más que eso.
En efecto, pude descubrir muchas cosas deambulando por las calles y darme cuenta de todo lo que Porto puede ofrecer. Arquitectónicamente hablando, la ciudad es simplemente magnífica y no podrás otra cosa que reaccionar ante sus viejos edificios, todavía hoy muy bien conservados, aunque aun llevan las cicatrices de años pasados.
Durante tu paso por Portugal, Porto es una etapa imprescindible y en particular el barrio del Palacio de la Bolsa, ve a visitar este palacio que es absolutamente sublime.