Recorriendo la región del Minho (Miño), zona agrícola productora del famoso vinho (vino) verde, tuve la ocasión de pasar por Ponte de Lima un día de mercado. Me gustó particularmente la animación de la ciudad en esta ocasión: los comerciantes instalan sus puestos en la orilla a lo largo del río y podemos degustar las especialidades de la región, salchichas, lamprea, sarrabulho (guiso con sangre de cerdo)...
Pero yo tenía, sobre todo, la intención de admirar el puente romano, actualmente reservado a los peatones, que dio su nombre a la ciudad. Solo la parte norte, del otro lado de Ponte de Lima, data realmente de la época romana, el resto de la construcción fue modificado en el siglo XIV. Sea como sea, ¡esta construcción me impresionó vivamente! Se dice, además, que los romanos creyeron, al descubrir el río Lima, que se trataba del mítico Lete, ¡el "río del olvido"!
Para disfrutar de otros puntos de interés en Ponte de LIma, debería haberme quedado un día entero: degustación de vinos y aguardientes, visita del museo de los Terceiros, descubrimiento de las fortificaciones medievales... ¡Ponte de Lima merece un desvío, durante un viaje por Portugal!
La ciudad de Ponte de Lima, como indica su nombre, resulta conocida ante todo por su puente romano, que cruza el río Lima. Según cuenta la leyenda, los soldados romanos temían que aquellos exuberantes paisajes les hicieran perder la memoria, y se negaban pues a cruzar su río.
Llegué desde la cercana España y me dirigí directamente hasta el puente para contemplar su esplendor. Este puente de 24 arcos, levantado en tiempos de los romanos, ofrece una hermosa vista panorámica con la ciudad a un lado y algunas vistas sobre el campo a otro.
Al día siguiente, me desperté sorprendida con el ruido de la intensa actividad de esta ciudad. El mercado artesanal más antiguo de Portugal tiene lugar aquí dos lunes al mes. Tuve ocasión de degustar el "vino verde", elaborado a base de uvas aún inmaduras, entre los muchos puestos gastronómicos. El único inconveniente que plantea esta gran feria es que el gentío impide a los visitantes poder pasearse con tranquilidad sobre el puente y disfrutar de la ciudad.
Por lo general, la visita a la ciudad dura menos de un día.