Ciudad de tamaño medio con unos 40.000 habitantes, Ourém no es especialmente bella o interesante si no es por su bella fortaleza que domina el paisaje de valles que lo rodea. El castillo era una fortificación musulmana que fue reconquistada a los moros en el siglo XII. Tuve la ocasión de descubrir el interior, se puede visitar organizando la visita con la oficia de turismo local, que prevé incluso visitas en español.
Sin embargo, a pesar del cierto interés que presenta el lugar, durante mi estancia me pareció una ciudad bastante decepcionante y sin un interés real. Una vez visitado el castillo, te aburres bastante rápido y te aconsejaría ir a Ourém sólo si la ciudad se encuentra en tu ruta y no es necesario desviarte de tu itinerario únicamente para ver la ciudad. Hay otros muchos castillos en Portugal...
A apenas algunos kilómetros de la famosa Fátima, que atrae hoy día a fieles y turistas por millares, se encuentra la pequeña ciudad de Ourém, con patrimonio arquitectónico e histórico muy rico, pero desconocido.
En Ourém, aprendí con asombro el origen del nombre de la ciudad, así como el de su vecina Fátima: ocupada por los árabes a partir del siglo IX, el sitio, una colina ideal para servir de retirada defensiva, contaba especialmente entre sus habitantes con una joven mora llamada Fátima. Esta, enamorada de un tal Gonçalo Hermingues, caballero de la Orden de los Templarios, habría decidido convertirse al cristianismo y habría tomado el nombre de Oureana. La leyenda no dice si esta conversión le permitió vivir su amor abiertamente. Sin embargo, sirvió para dar sus nombres a dos ciudades, ¡la de Ourém (deformación de Oureana) y la de Fátima!
El estómago lleno (de estofado de cabra y de bollos de Arcos de Ourém), salí de la ciudad "nueva" de Ourém, en el valle, para visitar el castillo, en la cima de la colina vecina, cuya construcción comenzó después de la reconquista cristiana del sitio, en 1136: alrededor de la antigua cisterna árabe del siglo IX, descubrí el castillo triangular primitivo, la torre cuadrada y la muralla, así como en la parte baja el casco antiguo medieval y la hermosa colegiata. Una visita vivamente aconsejada para los apasionados de la historia medieval, ¡durante una estancia en Portugal!